En su revisión sistemática y meta-análisis, Hoppenbrouwers, Bulten y Brasil revisaron las pruebas disponibles sobre la posible existencia de la relación entre el miedo y la psicopatía en individuos adultos. Es importante destacar que su definición de miedo se basó en los conocimientos más avanzados sobre los fundamentos neurobiológicos y cognitivos de esta emoción. Utilizaron este conocimiento para generar un modelo que separa los mecanismos cerebrales implicados en la detección automática y la respuesta a las amenazas de los implicados en la experiencia consciente del miedo como emoción. Utilizando este modelo como referencia, primero realizaron un análisis conceptual de los trabajos de teóricos anteriores, que se remontan hasta 1806. Descubrieron que sólo un teórico incorporaba el constructo del miedo en un modelo etiológico de la psicopatía.
El miedo no está ausente en los individuos psicópatas
La evidencia de las alteraciones en las áreas cerebrales implicadas en la experiencia del miedo era menos consistente de lo que se suele suponer, lo que indica que la experiencia del miedo puede no estar completamente alterada en la psicopatía. Los investigadores demostraron entonces de forma concluyente que los individuos psicopáticos tienen problemas en la detección automática y en la respuesta a la amenaza, pero que de hecho pueden sentir miedo, proporcionando un apoyo empírico directo a la afirmación de que la experiencia consciente del miedo puede no estar alterada en estos individuos. Un meta-análisis adicional que examinó las otras cinco emociones básicas descubrió que también puede haber alteraciones en la experiencia de la felicidad y la ira, pero la falta de consistencia en la literatura actual impidió la generación de afirmaciones sólidas.
El nuevo modelo también se aplica a los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad
La investigación de Hoppenbrouwers, Bulten y Brasil es la primera en proporcionar pruebas empíricas de que los procesos automáticos y conscientes pueden separarse. Además, el modelo propuesto no sólo se aplica a la psicopatía, sino que también puede utilizarse para aumentar la precisión conceptual y generar nuevas hipótesis para la investigación de los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad. Inti Brasil: «Mientras que los individuos psicopáticos pueden sufrir un sistema de amenaza disfuncional, las personas con trastorno de estrés postraumático pueden tener un sistema de amenaza hiperactivo, lo que les lleva posteriormente a sentir miedo». Sylco Hoppenbrouwers está de acuerdo: «Como consecuencia de nuestra investigación, algunas teorías muy influyentes que asignan un papel destacado a la ausencia de miedo en la etiología de la psicopatía tendrán que reconsiderarse y hacerse coherentes con las pruebas neurocientíficas actuales. Estas reevaluaciones de los conceptos clave conducirán a una mayor precisión en la investigación y la práctica clínica, lo que en última instancia debería allanar el camino hacia intervenciones de tratamiento más específicas y eficaces».