Si los tiburones desaparecieran, sería una mala noticia para todos nosotros. He aquí algunas de las razones.
Los tiburones mantienen la red alimentaria bajo control.
Muchas especies de tiburones son «depredadores del ápice», lo que significa que residen en la parte superior de la red alimentaria. Estos tiburones mantienen las poblaciones de sus presas bajo control, eliminando los animales débiles y enfermos para mantener la población general sana. Su desaparición puede desencadenar una reacción en cadena en todo el océano, e incluso afectar a los habitantes de la costa.
Por ejemplo, un estudio realizado en Australia descubrió que, a medida que disminuía el número de tiburones, aumentaban los depredadores de nivel medio, como los pargos, mientras que las poblaciones de peces herbívoros se reducían. Al haber menos peces que se alimentan de algas, éstas abrumaron el sistema de arrecifes y limitaron su capacidad para recuperarse del blanqueamiento y otras perturbaciones.
Los tiburones podrían contener curas para enfermedades.
Lleva años desconcertando a los investigadores: ¿Por qué los tiburones no se enferman tan a menudo como otras especies? El tejido de los tiburones parece tener propiedades anticoagulantes y antibacterianas. Los científicos lo están estudiando con la esperanza de encontrar tratamientos para una serie de enfermedades, como los virus y la fibrosis quística.
Copiar a los tiburones podría incluso tener importantes repercusiones en la salud mundial. Cada año, más de 2 millones de pacientes hospitalizados en EE.UU. sufren infecciones adquiridas en la atención sanitaria debido a condiciones insalubres. Aprovechando las singulares propiedades antimicrobianas de la piel de tiburón, los investigadores pudieron crear un revestimiento superficial antibacteriano denominado Sharklet AF. Esta tecnología de superficie puede alejar una serie de bacterias infecciosas y ayudar a detener la proliferación de superbacterias en los hospitales.
Los buceadores de Sudáfrica se asoman al agua mientras se preparan para nadar con tiburones por primera vez. (© Sijmon de Waal/Marine Photobank)
Los tiburones ayudan a mantener el ciclo del carbono en movimiento.
El carbono es un elemento crítico en el ciclo de la vida – y un contribuyente al cambio climático. Al alimentarse de la materia muerta que se acumula en el fondo marino, los carroñeros, como los tiburones de aguas profundas, las mixtas y las estrellas de mar, ayudan a mover el carbono por el océano.
Además, las investigaciones han descubierto que los grandes animales marinos, como las ballenas y los tiburones, secuestran cantidades comparativamente grandes de carbono en sus cuerpos. Cuando mueren de forma natural, se hunden en el fondo marino, donde son devorados por los carroñeros. Sin embargo, cuando son cazados por los seres humanos, son eliminados del océano, lo que altera el ciclo del carbono del océano.
Los tiburones inspiran el diseño inteligente.
Las personas llevan muchos años practicando el biomimetismo, es decir, imitando los diseños de la naturaleza para resolver problemas humanos. Sin embargo, los recientes avances tecnológicos han permitido ir aún más lejos en la búsqueda de un diseño eficiente. Los tiburones blancos pueden nadar a velocidades de hasta 40 kilómetros por hora, principalmente gracias a unas pequeñas escamas en su piel llamadas «dentículos» que disminuyen la resistencia y la turbulencia. Envidiosos nadadores profesionales y científicos innovadores imitaron el diseño de estos dentículos para desarrollar un traje de baño inspirado en los tiburones, que ha demostrado hacer a los nadadores más elegantes y menos resistentes en el agua.
Una empresa australiana llamada BioPower Systems incluso diseñó un dispositivo parecido a la cola de un tiburón para capturar la energía de las olas del océano y convertirla en energía eléctrica. Mientras el mundo busca alternativas energéticas limpias a los combustibles fósiles, este tipo de tecnología podría ser una solución prometedora.
Los tiburones impulsan las economías locales.
En las últimas décadas, la fascinación del público por los tiburones se ha convertido en una próspera industria del ecoturismo en lugares como las Bahamas, Sudáfrica y las Islas Galápagos.
Según un estudio publicado en 2013, el turismo de tiburones genera más de 300 millones de dólares al año y se prevé que se duplique en los próximos 20 años. En Australia, el turismo de buceo con tiburones aporta más de 17,7 millones de dólares anuales a la economía regional. Estas actividades apoyan a las empresas locales (alquiler de barcos y empresas de buceo, por ejemplo) y proporcionan más de 10.000 puestos de trabajo en 29 países. Varios estudios han indicado que en estos lugares los tiburones valen mucho más vivos que muertos.
Además de estos beneficios para las personas, es probable que los tiburones cumplan otras funciones en sus hábitats que aún no comprendemos ni apreciamos.
A veces se dice que las especies son los «bloques de construcción de los ecosistemas», pero los seres humanos siguen eliminando estos bloques sin comprender del todo las consecuencias. Cada año se matan hasta 100 millones de tiburones, una cifra que no ha mejorado desde 2013.
Piensa en la biodiversidad del mundo como en un gigantesco juego de Jenga: si sigues quitando bloques, al final todo se vendrá abajo.
Molly Bergen fue anteriormente la editora jefe del blog de Conservación Internacional.