¿Qué es el beneficio objetivo?
El beneficio objetivo es la cantidad esperada de beneficio que los gestores de una empresa esperan alcanzar al final de un periodo contable designado. El beneficio objetivo suele derivarse del proceso de presupuestación y se compara con el resultado real en la cuenta de resultados. Esto da lugar a una desviación entre las cifras de beneficios reales y las del objetivo, para la que el personal de contabilidad puede dar una explicación detallada. Sin embargo, los presupuestos son notoriamente inexactos, y se vuelven más inexactos cuanto más se avanza en el ejercicio presupuestario. Por ello, una derivación secundaria del objetivo de beneficios que suele ser más precisa procede de una previsión renovable, en la que la información del objetivo se actualiza periódicamente, basándose en las expectativas a corto plazo de la empresa para los próximos meses. Esto suele dar lugar a diferencias relativamente pequeñas entre el objetivo y el beneficio real.
Otra alternativa se basa en una fórmula. Este enfoque, conocido como análisis coste-volumen-beneficio (o análisis CVP), se basa en el siguiente cálculo:
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Multiplicar el número esperado de unidades a vender por su margen de contribución esperado para llegar al margen de contribución total del periodo.
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Reste el importe total de los costes fijos previstos para el periodo.
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El resultado es el beneficio objetivo.
Se pueden hacer muchos modelos utilizando este sencillo cálculo. Por ejemplo, puede modificarse para las siguientes variables:
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Ajustar el margen de contribución por unidad y las unidades vendidas en función de una promoción de ventas prevista.
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Ajustar el total de costes fijos y el margen de contribución por unidad para los efectos de la externalización de la producción.
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Alterar el margen de contribución para los efectos de cambiar a un sistema de producción justo a tiempo.
Cómo se utiliza el beneficio objetivo
El concepto de beneficio objetivo es extremadamente útil para la planificación del flujo de caja (una vez modificado para aproximar el flujo de caja), así como para la planificación de las bonificaciones basadas en los resultados, y para revelar los resultados esperados a los inversores y prestamistas. Si se produce continuamente una gran variación desfavorable entre el objetivo y el beneficio real, puede ser necesario examinar el sistema utilizado para derivar el beneficio objetivo, y derivar una metodología presupuestaria más conservadora. La peor situación es cuando se dan a conocer continuamente beneficios objetivo excesivamente optimistas a la comunidad inversora, que acaba perdiendo la fe en la capacidad de la dirección para cumplir sus propias proyecciones.
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