Objetivos de aprendizaje
- Comparar y contrastar la anatomía y la fisiología, incluyendo sus especializaciones y métodos de estudio
- Discutir la relación fundamental entre anatomía y fisiología
La anatomía humana es el estudio científico de las estructuras del cuerpo. Algunas de estas estructuras son muy pequeñas y sólo pueden observarse y analizarse con la ayuda de un microscopio. Otras estructuras más grandes pueden verse, manipularse, medirse y pesarse fácilmente. La palabra «anatomía» procede de una raíz griega que significa «cortar». La anatomía humana se empezó a estudiar observando el exterior del cuerpo y observando las heridas de los soldados y otras lesiones. Más tarde, se permitió a los médicos diseccionar los cuerpos de los muertos para aumentar sus conocimientos. Cuando se diseca un cuerpo, se cortan sus estructuras para observar sus atributos físicos y sus relaciones entre sí. La disección se sigue utilizando en las facultades de medicina, en los cursos de anatomía y en los laboratorios de patología. Sin embargo, para observar las estructuras en personas vivas, se han desarrollado una serie de técnicas de imagen. Estas técnicas permiten a los clínicos visualizar estructuras dentro del cuerpo vivo, como un tumor canceroso o un hueso fracturado.
Como la mayoría de las disciplinas científicas, la anatomía tiene áreas de especialización. La anatomía macroscópica es el estudio de las estructuras más grandes del cuerpo, las que son visibles sin la ayuda de un aumento (figura 1.2a). Macro- significa «grande», por lo que la anatomía gruesa también se denomina anatomía macroscópica. En cambio, micro- significa «pequeño», y la anatomía microscópica es el estudio de las estructuras que sólo pueden observarse con el uso de un microscopio u otros dispositivos de aumento (figura 1.2b). La anatomía microscópica incluye la citología, el estudio de las células, y la histología, el estudio de los tejidos. A medida que la tecnología de los microscopios ha ido avanzando, los anatomistas han podido observar estructuras del cuerpo cada vez más pequeñas, desde cortes de grandes estructuras como el corazón, hasta las estructuras tridimensionales de las grandes moléculas del cuerpo.
Figura 1.2. Anatomía macroscópica y microscópica
(a) La anatomía macroscópica considera las estructuras grandes, como el cerebro. (b) La anatomía microscópica puede ocuparse de las mismas estructuras, aunque a una escala diferente. Esta es una micrografía de células nerviosas del cerebro. LM × 1600. (crédito a: «WriterHound»/Wikimedia Commons; crédito b: Micrografía proporcionada por los Regentes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan © 2012)
Los anatomistas adoptan dos enfoques generales para el estudio de las estructuras del cuerpo: regional y sistémico. La anatomía regional es el estudio de las interrelaciones de todas las estructuras de una región corporal específica, como el abdomen. El estudio de la anatomía regional nos ayuda a apreciar las interrelaciones de las estructuras corporales, como la forma en que los músculos, los nervios, los vasos sanguíneos y otras estructuras trabajan juntos para servir a una región del cuerpo en particular. En cambio, la anatomía sistémica es el estudio de las estructuras que conforman un sistema corporal discreto, es decir, un grupo de estructuras que trabajan juntas para realizar una función corporal única. Por ejemplo, un estudio anatómico sistémico del sistema muscular consideraría todos los músculos esqueléticos del cuerpo.
Mientras que la anatomía trata de la estructura, la fisiología trata de la función. La fisiología humana es el estudio científico de la química y la física de las estructuras del cuerpo y las formas en que trabajan juntas para apoyar las funciones de la vida. Gran parte del estudio de la fisiología se centra en la tendencia del cuerpo a la homeostasis. La homeostasis es el estado de condiciones internas estables que mantienen los seres vivos. El estudio de la fisiología incluye ciertamente la observación, tanto a simple vista como con microscopios, así como manipulaciones y mediciones. Sin embargo, los avances actuales en fisiología suelen depender de experimentos de laboratorio cuidadosamente diseñados que revelan las funciones de las numerosas estructuras y compuestos químicos que componen el cuerpo humano.
Al igual que los anatomistas, los fisiólogos suelen especializarse en una rama concreta de la fisiología. Por ejemplo, la neurofisiología es el estudio del cerebro, la médula espinal y los nervios y cómo éstos trabajan juntos para realizar funciones tan complejas y diversas como la visión, el movimiento y el pensamiento. Los fisiólogos pueden trabajar desde el nivel de órgano (explorando, por ejemplo, lo que hacen las diferentes partes del cerebro) hasta el nivel molecular (como la exploración de cómo viaja una señal electroquímica a lo largo de los nervios).
La forma está estrechamente relacionada con la función en todos los seres vivos. Por ejemplo, la delgada aleta del párpado puede bajarse para eliminar las partículas de polvo y volver a subirse casi instantáneamente para permitirnos ver de nuevo. A nivel microscópico, la disposición y función de los nervios y músculos que sirven al párpado permiten su rápida acción y retirada. A un nivel de análisis más pequeño, la función de estos nervios y músculos depende igualmente de las interacciones de moléculas e iones específicos. Incluso la estructura tridimensional de ciertas moléculas es esencial para su función.
Su estudio de la anatomía y la fisiología tendrá más sentido si relaciona continuamente la forma de las estructuras que está estudiando con su función. De hecho, puede resultar algo frustrante intentar estudiar anatomía sin comprender la fisiología que soporta una estructura corporal. Imagínese, por ejemplo, que intentara apreciar la disposición única de los huesos de la mano humana si no tuviera ninguna idea de la función de la misma. Afortunadamente, la comprensión de cómo la mano humana manipula herramientas -desde bolígrafos hasta teléfonos móviles- le ayuda a apreciar la alineación única del pulgar en oposición a los cuatro dedos, lo que hace que su mano sea una estructura que le permite pellizcar y agarrar objetos y escribir mensajes de texto.