Empiezas despacio. La invitas a tomar un café porque sabes, en el fondo, que quizá no diga que sí a nada más. La recoges puntualmente -aunque se le hace un poco tarde y te dice que saldrá en unos minutos- y la llevas a tu cafetería favorita. La tuya porque probablemente te hará elegir. Las chicas Piscis no siempre son conocidas por su decisión, incluso cuando se trata de las cosas más pequeñas. Si tú eres feliz, ella también.
Empiezas con una pequeña charla y te sorprende lo rápido que cambia el tema. Los Piscis no son el tipo de personas a las que les gusta hablar del tiempo. Ella es tan abierta en todo que puede tomarte por sorpresa. Te pregunta por tu trabajo, tus amigos, tu familia, tus aficiones. Responde a tus chistes con sus propias e ingeniosas réplicas, con las que no puedes evitar sonreír. Antes de que te des cuenta, han pasado horas y te dice que es hora de que se vaya. Desearías que no tuviera que hacerlo.
No te envía un mensaje de texto primero, aunque no pueda dejar de pensar en ti. Ella espera a que tú hagas el primer movimiento. No es porque le gusten los juegos mentales, sino porque ya le han hecho daño antes y quiere estar segura: es el tipo de chica que entra y sale del enamoramiento a la primera de cambio. Necesita saber que esta vez no está sola en esto antes de profundizar demasiado. Así que espera tu «hola» antes de darte el suyo, y al poco tiempo ya estáis intercambiando chistes y bromas ingeniosas. En algún lugar, ella está al otro lado de la línea sonriendo para sí misma.
Y entonces la invitas a salir de nuevo, pero esta vez para cenar, algo nuevo que no ha probado antes en un pequeño y bonito local que ya sabes que le encantará porque adora encontrar joyas ocultas. Esta vez te saltas por completo toda la charla, porque te parece una tontería volver atrás después de haberte sincerado en la primera cita. Además, ella siempre parece interesada en lo que tienes que decir. También te gusta escuchar sus locas ideas: es imaginativa de un modo que no estás acostumbrado a que lo sea la gente. Te encontrarás riendo sin parar la mitad de la noche y hablando intensamente el resto. No sabes por qué, pero se las arregla para que digas cosas que nunca antes habías admitido a la gente. Te da un poco de miedo, pero crees que te gusta.
Y entonces la llevas a casa al final de la noche y tal vez la besas en su puerta o tal vez no, porque puede que sea una romántica pero le gusta tomarse las cosas con calma. Si la besas, notarás algo de cuidado en la forma en que se mueve contra ti, como si temiera que un movimiento en falso pudiera destrozarlo todo. Una chica Piscis sabe lo que es ver cómo todo se rompe delante de sus propios ojos.
Espera a que le envíes un mensaje de texto primero otra vez, y lo haces, porque hay algo en esta chica que siempre hace que tu mente vuelva a ella. Te quedas despierto toda la noche enviando mensajes y ella te envía fotos que le recuerdan a ti mientras estás en el trabajo; también le encantan las que le envías durante la pausa para comer.
Y entonces llega vuestra siguiente cita, y esta vez cuando os encontréis parecerá que la has visto más de dos veces. De hecho, casi parece que la conoces desde siempre. Y ya sabes que le gustas por la forma en que te mira, como si fueras la única persona en la habitación, y por la forma en que se ríe de tus chistes, como si todo su cuerpo se iluminara. Y si pasas esta cita y te dice que te volverá a ver, sabrás que por fin la tienes. Simplemente lo harás.
La próxima vez que hables con ella, te enviará primero un mensaje de texto. Y así es como se sale con una Piscis.