¿Cómo se producen los mapas?
No es una pregunta fácil de responder en el espacio de unas pocas líneas, principalmente porque los mapas se dividen en muchas clases diferentes, cada una de las cuales plantea desafíos especiales para el cartógrafo. Los mapas pueden clasificarse de varias maneras, por escala, forma física, características gráficas y temática. En cuanto a la escala (una medida de la «necesidad roja» del mapa en relación con el mundo real), los mapas van desde planos a gran escala que muestran manzanas individuales de una ciudad hasta mapas a pequeña escala de todo el mundo. En cuanto a la forma física, los mapas van desde los tradicionales mapas estáticos impresos en papel y encuadernados en atlas hasta la visualización de mapas animados en monitores de ordenador. En cuanto a las características gráficas, tenemos la distinción fundamental entre los mapas producidos en blanco y negro y los mapas producidos a todo color. Y, por último, en cuanto a la temática, tenemos una lista casi interminable de tipos de mapas: mapas topográficos, mapas de navegación (mapas de metro, mapas de carreteras, cartas náuticas, cartas aeronáuticas), mapas temáticos (mapas que representan temas específicos como la geología, los suelos y la vegetación), mapas estadísticos (mapas basados en datos cuantitativos, como la población o la temperatura), etc.
Sin embargo, sea cual sea el tipo de mapa que se produzca, hay ciertas cosas clave que el cartógrafo tiene que hacer o decidir antes de empezar a trabajar en un mapa. Hay que tomar una decisión básica sobre el área de estudio y el tema. Hay que obtener y evaluar los datos y, si es necesario, procesarlos. Hay que elegir una escala y, posiblemente, una proyección cartográfica (una transformación matemática que aplana la superficie curva de la tierra, necesaria para los mapas de gran precisión o de grandes áreas). Hay que tomar decisiones sobre la generalización, el proceso por el que se omiten detalles innecesarios (por ejemplo, pequeños asentamientos o sinuosidades menores en los arroyos) para mantener el mapa claro y despejado. Además, hay que tomar una serie de decisiones de diseño, como las formas, tamaños y colores de los símbolos, los tamaños y estilos de las letras y la disposición general del mapa (la posición del título, la leyenda, la barra de escala, etc.). Con frecuencia, estas cosas se establecen en una lista detallada de especificaciones, o se incorporan a una compilación, un mapa dibujado preliminarmente que sirve de guía para el proceso final real.
Lo que ocurre a continuación varía mucho según el tipo de mapa que se produzca. La mayoría de los cartógrafos se dedican a lo que se denomina mapeo de escritorio.
Mapeo de escritorio
Supongamos que un cartógrafo está produciendo un mapa en blanco y negro de Canadá, con ríos, límites provinciales y ciudades principales, utilizando un programa gráfico de propósito general y un microordenador. La primera tarea es introducir un mapa base. Hoy en día, los mapas base pueden comprarse en formato digital, o quizás descargarse de la red mundial. Otra forma de obtener un mapa base es utilizar un escáner para convertir un mapa existente, ya sea un mapa publicado o una compilación, en formato digital.
La imagen escaneada se muestra en la pantalla como un fondo gris y, a continuación, se utilizan diversas herramientas gráficas integradas en el programa para trazar en negro los detalles que se incluirán en el mapa. Otras herramientas permiten al cartógrafo añadir patrones, símbolos y letras y construir progresivamente el mapa en la pantalla. Estas herramientas se controlan con un «ratón» manual, lo que aporta gran facilidad y flexibilidad a la hora de componer la imagen, incluida la posibilidad de realizar cambios a voluntad. Una vez completado el mapa, una impresora láser puede producir una copia en papel casi indistinguible en calidad de los mejores mapas producidos a mano.
Mapas en color
Supongamos que se va a producir un mapa de atlas a todo color del uso de la tierra de la cuenca de los Grandes Lagos. Los colores pueden seleccionarse con una herramienta del ordenador que colorea las líneas y las zonas a voluntad. Las impresoras en color de alta calidad de hoy en día reproducen los colores de forma muy similar a los seleccionados por el cartógrafo. Si el mapa final debe imprimirse o producirse en masa mediante litografía offset, el cartógrafo puede proporcionar al impresor un disco con las separaciones de color. La producción de un mapa en color solía ser un proceso largo y doloroso
Mapeo con Sistemas de Información Geográfica (SIG)
El último caso incorpora el análisis de los SIG al proceso de mapeo. Se necesita un mapa de la península del Niágara que muestre las zonas de cultivo de fruta tierna, situadas en suelos arenosos, entre 100 y 120 m de altitud y a menos de 250 m de las principales carreteras.
Ya existe una extensa base de datos digital de la península que contiene mapas (o capas) que muestran el uso del suelo, los suelos y las elevaciones. Sin embargo, no existe una capa de carreteras, por lo que el cartógrafo prepara la suya propia a partir de un mapa topográfico publicado utilizando un digitalizador electrónico. A continuación, el cartógrafo se embarca en una secuencia de análisis utilizando toda la potencia del software del SIG. A partir de las capas de uso del suelo, suelos y elevaciones, se extraen tres nuevas capas, una que contiene sólo las zonas de frutos tiernos, otra sólo los suelos arenosos y la tercera sólo los terrenos entre 100 y 120 m. A continuación, se combinan mediante un proceso conocido como superposición para producir otra capa nueva que contiene sólo las zonas que cumplen los tres requisitos simultáneamente.
El paso final es utilizar la superposición una vez más para determinar cuáles de estas zonas se encuentran a menos de 250 m de las carreteras principales, aunque antes de hacerlo, el cartógrafo tiene que utilizar una operación de amortiguación para crear una banda de 500 m de ancho a lo largo de todas las carreteras en la capa de carreteras. El análisis se completa entonces y el mapa terminado aparece en la pantalla del ordenador, para ser impreso si se desea utilizando algún tipo de impresora o plotter en color.