El azúcar de coco ofrece más vitaminas y minerales que el azúcar blanco de mesa. Contiene trazas de vitamina C, potasio, fósforo, magnesio, calcio, zinc, hierro y cobre. El azúcar de coco también aporta pequeñas cantidades de fitonutrientes, como polifenoles, flavonoides y antocianidina, y antioxidantes. También encontrará en el azúcar de coco la vitamina B inositol, utilizada a menudo como estimulante del estado de ánimo.
Bajo impacto glucémico
El índice glucémico mide los efectos de los carbohidratos en el azúcar en sangre. El azúcar de coco tiene un índice glucémico de 35, mientras que el azúcar de mesa normal está entre 60 y 75. Los alimentos con un índice glucémico alto provocan un pico de azúcar en la sangre, lo que puede provocar un subidón de azúcar y un posterior bajón. Los picos rápidos de azúcar en la sangre también pueden hacer que sus niveles de insulina se disparen en un corto período de tiempo, y esto puede tener graves consecuencias para los diabéticos.
Menos fructosa
La fructosa es un tipo de azúcar que su cuerpo convierte en grasa rápidamente. Sólo su hígado puede descomponer la fructosa, y uno de los resultados de esta descomposición son los triglicéridos, una forma de grasa. No deberías consumir grandes cantidades de fructosa fuera de la que obtienes en la fruta fresca, señala Harvard Health Publications. El néctar de agave tiene un 90 por ciento de fructosa, y el jarabe de maíz de alta fructosa tiene un 55 por ciento de fructosa. El azúcar de coco tiene sólo un 45 por ciento de fructosa, lo que lo convierte en una mejor opción que estos otros edulcorantes.
Apropiado para la Tierra
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación nombró al azúcar de palma de coco el edulcorante más sostenible del mundo. Los árboles utilizan cantidades mínimas de agua y combustible, especialmente en comparación con la producción de caña de azúcar, y producen durante unos 20 años. No tiene ingredientes artificiales y no se altera químicamente de ninguna manera.