La rabia es una enfermedad mortal (de entre las más peligrosas que afectan a los perros) que se puede presentar en casi todos los animales de sangre caliente. El principal foco de infección es el mordisco de un animal infectado, que puede ser otro perro o un gato. También son transmisores importantes otros mamíferos, como los murciélagos, los zorros, los hurones, las mofetas o el ganado. Sin embargo, los roedores no suelen transmitir esta enfermedad.
Si tu perro está correctamente vacunado, estará protegido contra esta peligrosa enfermedad. Por eso es tan importante seguir estrictamente los calendarios de vacunación. No obstante, vamos a considerar los aspectos más característicos de esta enfermedad, así como los síntomas habituales.
Tabla de contenidos
La enfermedad de la rabia en los perros
El virus de la rabia se halla presente en la saliva infectada y penetra en el cuerpo a través de un mordisco. También puede transmitirse a través de la saliva por una herida abierta o una mucosa.
En el caso de los perros, el período de incubación es de dos a ocho semanas, aunque puede reducirse a una o ampliarse a un año entero. El virus llega al cerebro a través del sistema nervioso, por lo que, cuanto más distante está el mordisco del cerebro, más largo será el período de incubación. Tras llegar al cerebro, el virus regresa a la boca, penetrando en las glándulas salivares hasta 10 días antes de presentarse los primeros síntomas.
Los síntoma de la rabia en los perros
Los síntomas de la rabia se deben a la inflamación del cerebro (encefalitis) y presentan varias fases:
- Incubación. En esta fase, el perro aún no presenta ningún síntoma de la enfermedad. Puede durar desde una semana hasta varios meses.
- Fase pondrómica. Dura de dos a ocho días. Observarás cambios en el comportamiento habitual de tu perro. Además, es frecuente que se muerda en el lugar por dónde penetró el virus. Más tarde, el perro se volverá retraído y pasará tiempo mirando abstraído al vacío.
- Fase agresiva. El perro se vuelve peligroso y agresivo, atacando a cualquier cosa que se mueva. Los músculos de su cara entran en espasmo y tiran de los labios hacia atrás, dejando los dientes al descubierto. Morderá a cualquiera que se cruce con él. Es una fase peligrosa en la que deberás tener cuidado.
- Fase de parálisis. Los músculos de la garganta y la mandíbula se paralizan, quedando la boca abierta. Al no poder tragar saliva, babea y echa espuma por la boca. Puede tener náuseas. Según progresa la encefalitis, el perro pierde el control del movimiento y sufre un colapso, muriendo por insuficiencia respiratoria en uno o dos días. A veces esta fase es la única que apreciamos.
Qué hacer si sospechamos que nuestro perro puede haber contraído la rabia
- Examina a tu perro para localizar posibles mordeduras, heridas o arañazos en su cuerpo.
- En la primera fase de la enfermedad, podrá sufrir dolores, estar agitado, o irritable, mostrar señales de malestar, tener fiebre, fotofobia, poco apetito, tos, vómitos o diarrea. Ante la duda, acude inmediatamente al veterinario para comenzar a tomar las medidas pertinentes.
- Es posible que no observes las primeras fases y te encuentres en la última. Si tu perro sufre parálisis o saliva demasiado, sufre hidrofobia (miedo o aversión al agua) y se muestra agresivo, se muerde a sí mismo e intenta morder cualquier cosa que se mueva, acude inmediatamente al veterinario.
- El virus de la rabia puede sobrevivir en la piel del perro hasta dos horas, así que tócalo con guantes y evita el contacto directo.
- Existen otras enfermedades neurológicas que presentan síntomas parecidos a la rabia. Tu veterinario establecerá el diagnóstico adecuado.
Tratamiento de la enfermedad de la rabia
Actualmente no existe tratamiento para la rabia. Por ello, cuando un perro es mordido por otro animal, se supone que puede estar rabioso hasta que se demuestra lo contrario.
Si el perro está vacunado, se le suministrará una revacunación y se le mantendrá en observación encerrado durante 14 a 20 días según el protocolo de actuación vigente en nuestro país.
Si el perro no está vacunado, deberá ser sacrificado o encerrado en cuarentena durante seis meses. En caso de someterlo a cuarentena y no mostrar síntomas de la enfermedad, se le vacunará un mes antes de soltarlo.
Prevención de la enfermedad de la rabia
La vacunación es una forma de prevención muy efectiva. Se comienza a los tres meses de edad, con revacunaciones un año después y a continuación, cada uno o tres años, dependiendo de la ley vigente.
Cualquier mordisco de un animal salvaje debe considerarse portador potencial de la rabia. Es esencial limpiar rápidamente y a fondo los mordiscos y rasguños con agua y jabón, administrando también un antiséptico. Esta acción disminuye en gran medida el riesgo de contraer la enfermedad. No es conveniente suturar la herida. A continuación, acude al veterinario para que administre una vacuna a tu perro y tome las medidas oportunas.
La profilaxis debe comenzar antes de que pasen 14 días desde la mordedura, ya que no es eficaz una vez que aparecen los primeros síntomas de la enfermedad.
Asimismo, trata de evitar que tu perro interactúe con animales salvajes o desconocidos. Ten precaución con los animales abandonados y, en vez de recogerlos, avisa a la autoridad competente. Hazlo también si sospechas que un animal que no es tuyo puede tener la rabia. Así evitarás la propagación de la enfermedad.
Cuando viajes con tu perro, lleva contigo los certificados de vacunación antirrábica, ya que si entras en una zona sometida a cuarentena y no puedes demostrar que tu perro está vacunado, te lo pueden quitar.
Conclusiones
- La rabia es una enfermedad mortal que se transmite a través de la saliva del animal infectado.
- Si tu perro sigue estrictamente el calendario de vacunaciones, es difícil que la contraiga.
- En caso de contraerla, al principio el perro se volverá retraído, a continuación pasará una fase rabiosa y finalmente sufrirá parálisis, echando espuma por la boca y perdiendo el control del movimiento.
- Estos síntomas son generales. Un perro rabioso no siempre es agresivo y echa espuma por la boca. A veces, se muestra temeroso y sumiso.
- No existe tratamiento para esta enfermedad.
- La vacunación es una forma muy eficaz de prevención.
- El control veterinario es esencial para asegurar la salud de tu perro.
- Si tu perro ha sido mordido por algún animal, limpia y desinfecta bien la herida y acude rápidamente al veterinario para que tome medidas lo antes posible.
- En caso de estar vacunado, tu perro será observado durante 14 a 20 días, pudiendo estar en casa, encerrado y aislado de personas y animales.
- Si tu perro no está vacunado, se recomienda sacrificarlo. En caso de que te niegues, se le pondrá en cuarentena durante seis meses. Serás responsable de los costes. Si no muestra señales de rabia, se le vacunará un mes antes de dejarlo volver contigo.
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