Los niños con derechos, malcriados y groseros suelen ser el producto de una sociedad en la que toda la información, los productos y los medios de comunicación que los niños necesitan y desean están prácticamente al alcance de su mano. Enseñar a tu hijo el trabajo duro y la responsabilidad le ayuda a aprender a apreciar el esfuerzo y a respetar a los demás. Como padre, la insistencia constante en los buenos modales y la inculcación del valor del respeto a los demás demuestran a su hijo que la grosería y la actitud consentida y con derechos son sencillamente inaceptables.
Dé a su hijo diversas responsabilidades y tareas; preséntelas como oportunidades para ganarse las cosas que quiere. Es más probable que su hijo aprecie sus juguetes, juegos y aparatos electrónicos si trabaja para ganárselos por sí mismo. Una tabla de tareas o el uso de un sistema de asignación ayuda a su hijo a aprender que nada se gana sin esfuerzo.
Anime a su hijo a responsabilizarse de sus actos sin poner excusas a otros padres, profesores y figuras de autoridad por el comportamiento de su hijo. Al poner excusas, permite que su hijo muestre continuamente el mismo comportamiento grosero y malcriado. En cambio, permítale cosechar las consecuencias naturales de sus acciones para que aprenda que sólo él es responsable de las reacciones a su comportamiento.
Comuníquele a su hijo la importancia de definir su autoestima basándose en sus talentos, intereses y creencias, más que en las cosas que posee y gana. Dé un buen ejemplo en su casa dando menos valor a las cosas y más a la autoestima. Ayude a su hijo a reconocer su autoestima hablándole de las cosas en las que es bueno y de sus mejores cualidades.
Presente reglas coherentes para los modales y adopte una actitud de tolerancia cero hacia el comportamiento grosero y maleducado. Es vital que su postura sea coherente.
Ofrezca comentarios positivos cuando su hijo se comporte de forma menos grosera y malcriada. Sea específico con los elogios para que su hijo sepa que usted reconoció un cambio en su actitud y comportamiento. Centrarse en los puntos negativos del comportamiento de su hijo suele generar resentimiento y una disposición aún más agria. Ofrezca comentarios frecuentes para que su hijo cree asociaciones positivas entre el comportamiento adecuado y su reacción.