¿Qué son los ciempiés?
Un científico le dirá que los ciempiés no son insectos; en cambio, le explicará que los ciempiés son en realidad miriápodos, lo que los convierte en primos lejanos de los insectos. Su característica más notable es su cuerpo alargado y sus docenas de patas, un rasgo obvio que los separa de los insectos. Como insectívoros, los ciempiés cazan otros insectos y los paralizan con un aguijón venenoso.
La palabra ciempiés significa «cien pies», pero no hay ninguna especie de ciempiés que tenga exactamente 100 patas. Dependiendo de la especie, pueden tener tan sólo 30 y hasta 354 cuando están maduros.
Los científicos han identificado alrededor de 3.100 especies de ciempiés, y estos insectos se encuentran en todo el mundo – algunas especies incluso viven por encima del Círculo Polar Ártico.
¿Qué atrae a los ciempiés?
Los ciempiés se sienten atraídos por un entorno que les ofrece tres cosas clave:
- Comida: Sobre todo, los ciempiés son impulsados por la necesidad de comida. Como cazadores, buscarán presas donde sean abundantes, y eso puede ser dentro de su casa.
- Refugio: Cuando no están cazando para alimentarse, los ciempiés buscan lugares para descansar. En el exterior, se arrastran bajo las rocas, dentro de troncos podridos o bajo la hojarasca. En el interior de una casa, buscan grietas en las paredes, se meten debajo de cajas de cartón e incluso se esconden dentro de un desagüe del suelo.
- Humedad: Los ciempiés necesitan un entorno de alta humedad para sobrevivir. Si es demasiado seco, se deshidratan y mueren. Como resultado, los sótanos y los espacios de arrastre, que atrapan la humedad, pueden ser hábitats ideales para algunos ciempiés.
¿Qué comen los ciempiés?
Los ciempiés son insectívoros, lo que significa que comen pequeños insectos, arañas, ácaros y otros artrópodos. Generalmente son cazadores nocturnos.
Para los ciempiés, la velocidad es su mejor herramienta de caza. Cuando detectan una presa, se mueven rápidamente para atacar. Una vez que han capturado su comida, la mayoría utilizará un veneno para incapacitar a su presa antes de consumirla.
¿Son los ciempiés peligrosos para las personas o las mascotas?
En general, las personas y las mascotas no tienen nada que temer de los ciempiés que encuentran. De hecho, muchos perros y gatos se comen los ciempiés que atrapan.
Aún así, es importante recordar que la mayoría de los ciempiés utilizan un veneno en sus presas. Los ciempiés suministran este veneno a través de un par de forcípulas que están situadas cerca de sus cabezas. Estas extremidades huecas, en forma de pinza, pueden utilizarse también en momentos de desesperación, y pueden ser utilizadas para lanzar un aguijón si son recogidas o pisadas. La mayoría de los ciempiés, sin embargo, no tienen la fuerza para perforar la piel humana.
Una excepción a esto es el ciempiés azul de Florida. Se dice que este ciempiés de exterior reacciona agresivamente contra cualquiera que lo moleste. Las personas que se han encontrado con este ciempiés, que puede llegar a medir unos 5 centímetros de largo, dicen que produce una picadura que rivaliza con la de una abeja. Se encuentra principalmente en el sureste de EE.UU.
¿Cómo son los ciempiés? ¿Cómo se distingue un ciempiés de un milpiés?
Los ciempiés son artrópodos alargados con múltiples segmentos corporales y suelen moverse muy rápido. Aunque los ciempiés comparten la rama Myriapoda del «árbol de la vida» con los milpiés, son anatómicamente diferentes. En particular, los ciempiés tienen un par de patas por segmento corporal y los milpiés tienen dos. Además, los milpiés tienen cabezas redondas y romas que giran hacia abajo, mientras que los ciempiés están construidos como depredadores con ojos visibles y piezas bucales orientadas hacia delante.
Otra diferencia clave es que los ciempiés tienen forcípulas, un conjunto de pinzas que inyectan veneno. Como los milpiés no se alimentan de seres vivos, no necesitan estas pinzas.
El ciclo de vida del ciempiés
Después del cortejo, la hembra del ciempiés pone entre 10 y 60 huevos. Los huevos se desarrollan durante unos meses antes de eclosionar. Los ciempiés jóvenes tienen menos pares de patas que los adultos y, con cada muda, añaden segmentos corporales y más pares de patas hasta alcanzar la madurez.
A diferencia de la mayoría de los demás artrópodos, los ciempiés pueden ser bastante longevos. Se sabe que algunas especies alcanzan los 7 años de edad. La mayoría de los demás artrópodos suelen tener una vida de un año o menos.