Ciclismo en la lluvia de invierno – consejos de un ciclista que viaja todo el año en Portland, Oregón

Hey automovilista, aquí estoy!

Algunos ciclistas dicen que llevar colores brillantes pone la carga en el ciclista para ser visto, y disminuye la responsabilidad de los automovilistas para buscar las bicicletas. Aunque empatizo con ese punto de vista, en las raras ocasiones en que conduzco un coche, me he dado cuenta de que es mucho más fácil ver a los ciclistas vestidos con ropa brillante o de colores claros. Como prefiero seguir vivo en las imperfectas carreteras de Portland antes que estar muerto de risa, llevo un chubasquero amarillo con detalles reflectantes.

Un casco puede ayudar en un apuro

Llevar casco es una elección que deben hacer los adultos en Oregón. No me hago ilusiones de que mi casco me salve del camión de la cerveza (o del Fiat 500) que me pase por encima. Llevo el casco porque, si choco en la carretera, podría ayudar a evitar una lesión grave en la cabeza. Me sentiría menos inclinado a llevar casco en una ciudad verdaderamente orientada al ciclismo, como Ámsterdam o Copenhague, donde hay muchas más bicicletas y menos expectativas de que los ciclistas sigan el ritmo del tráfico motorizado. Los ciclistas de estas ciudades circulan más despacio, lo que reduce sus posibilidades de colisión. Mi casco también sirve como plataforma útil para una luz trasera y una cámara.

Protección ocular para la visibilidad

Las gafas de plástico transparentes mantienen la lluvia y la arenilla de la carretera fuera de mis ojos al tiempo que me permiten ver ardillas suicidas, baches y otras personas en la carretera. No son necesarias unas gafas de ciclista de lujo: por 7 dólares, la tienda local de suministros de seguridad me vende unas gafas de tiro para niños que se ajustan a mi estrecha cabeza (también están disponibles en tamaños para adultos).

Las luces encendidas

La ley de Oregón exige una luz blanca frontal visible a 500 pies de distancia, y un reflector rojo o una luz visible en los faros bajos de los coches a 600 pies. En los días sombríos y por la noche uso una luz blanca intermitente en el manillar, apuntando hacia el suelo para que no moleste a los ojos de los ciclistas y automovilistas que se acercan. También uso un par de luces rojas traseras intermitentes, una en el portabicicletas y otra en el casco.

Los oídos son los ojos en la parte posterior de mi cabeza (aproximadamente)

Aunque uso un espejo montado en el manillar, nada supera a mis oídos para ser consciente de los vehículos motorizados que vienen detrás de mí. Aunque me gustaría escuchar música mientras conduzco, prefiero tener mis oídos disponibles para alertarme de lo que no puedo ver. Las colisiones por detrás son responsables del 40% de las muertes de ciclistas.

Trate bien su bicicleta

En cualquier tiempo, una bicicleta con una cadena limpia y lubricada y unos frenos fiables es más agradable de conducir. El tiempo húmedo y la suciedad de la carretera son duros para las cadenas y los frenos. Yo compruebo los míos con regularidad, además de asegurarme de que las palancas de liberación rápida de mis ruedas están bien apretadas y bloqueadas en su sitio.

Las ruedas resbaladizas no son resbaladizas

Los zapatos de suela resbaladiza son poco prácticos en superficies mojadas. Los neumáticos resbaladizos son una historia diferente. Solía pensar que una banda de rodadura sana mejora la tracción y ahora entiendo que es lo contrario. Mis neumáticos están más cerca de los slicks que de los knobbies, con una banda de rodadura diminuta. Los neumáticos se desgastan; reviso los míos periódicamente en busca de calvas y roturas.

Los guardabarros son canalones para las bicicletas

Las casas sin canalones tienen sótanos inundados. Los ciclistas sin guardabarros tienen los pies mojados, rayas de mofeta inversas en la espalda y suciedad pegada en los dientes. Los cuadros de las bicicletas, las cadenas y las alforjas también disfrutan de la protección de los guardabarros.

Impermeable de arriba abajo

Una chaqueta impermeable con una membrana transpirable y cremalleras en las fosas me mantiene seco y cómodamente ventilado. En caso de chaparrón, añado pantalones impermeables, pero con una lluvia ligera y cálida prefiero tener las piernas ligeramente húmedas que el molesto roce de los pantalones de lluvia contra las rodillas.

Los ciclistas que lleven cualquier cosa que quieran mantener seca deberían invertir en una bolsa impermeable. Hoy en día hay muchas opciones: mochilas, alforjas, bolsas de maletero, bolsas de bar. Yo tengo mis alforjas Ortlieb desde hace más de una década y siguen funcionando bien.

Felices pies

No puedo encontrar unas zapatillas de ciclismo impermeables que me gusten, así que uso fundas de neopreno para las zapatillas. No son completamente impermeables, pero a menos que llueva bíblicamente, mantienen mis pies lo suficientemente secos. Los calcetines de lana me mantienen los pies calientes aunque se mojen. Los calcetines de vellón de poliéster son cálidos y se secan rápidamente. Los calcetines de algodón son un desastre: se empapan y tardan una eternidad en secarse. Guardo un par de calcetines de más en el cajón de mi escritorio en el trabajo.

Cómo parecer vagamente respetable después de un viaje lluvioso

El tiempo frío y húmedo estropea la piel, así que me pongo crema hidratante en la cara y los labios antes de salir por la mañana. Llevo desodorante de sobra en el trabajo porque tiendo a pasar frío y me abrigo demasiado para montar en invierno. La máscara de pestañas a prueba de agua evita que parezca un mapache en los días de aguacero. Hablando de fauna, cultivo el aspecto de «pelo como santuario de pájaros», pero para los que no lo hacen, recomiendo tener a mano un peine o un cepillo para el final del viaje.