La leche es una valiosa fuente de energía, proteínas, minerales y vitaminas para las crías y en la dieta humana. La energía la aportan especialmente la lactosa (azúcar de la leche) y la grasa. La leche se obtiene de varias especies y se procesa para su distribución comercial, pero el ganado lechero es la fuente más importante de leche en el mundo. Las prácticas de alimentación de las vacas lecheras pueden alterar especialmente el contenido de grasa y proteína de la leche. El contenido de ácidos grasos de la leche no sólo tiene implicaciones en la concentración energética de la misma, sino que también algunos ácidos grasos específicos pueden desempeñar funciones fisiológicas únicas en el metabolismo de la vaca y su descendencia. Además, a los ácidos grasos omega-3 de la leche se les atribuyen algunos beneficios potenciales para la salud de los seres humanos. El programa de investigación del Dr. Maurice Eastridge ha investigado diversas prácticas de alimentación sobre la producción y la composición de la leche; el papel potencial de los C12:0 y C14:0 en las dietas de los terneros Jersey predestetados; y diversos factores dietéticos que pueden afectar a la biohidrogenación (saturación) de los ácidos grasos en el rumen (primer compartimento estomacal) de las vacas para afectar a las fuentes potenciales de ácido linoleico conjugado (CLA) en la leche. Se han dilucidado diversas prácticas de alimentación y gestión de las vacas lecheras que pueden afectar al contenido de CLA en la leche.