¿Con qué frecuencia debemos hacernos radiografías dentales? Ese es un dilema al que se enfrentan todos los que visitan habitualmente al dentista. ¿Debería ser dos veces al año? ¿Una vez al año? Cada dos años?
¿Qué es una radiografía? Bueno, sin ponerse demasiado técnico, una radiografía es básicamente una onda electromagnética de energía (radiación) que es alta y corta y por lo tanto capaz de pasar a través de muchos materiales sólidos, incluyendo su cuerpo. Cuando se toma una imagen de rayos X, se crean diferentes tonos de blanco y negro dependiendo de la cantidad de radiación que se haya absorbido. El calcio de nuestro cuerpo absorbe más radiación, por lo que cuando se toman imágenes nuestros huesos y dientes aparecen blancos en las radiografías. La cantidad de radiación que se recibe de las radiografías dentales equivale a la de un día normal al aire libre.
En el campo de la odontología, el tipo más común de radiografías dentales (también conocidas como radiografías) que se toman se llaman radiografías intraorales. Toman imágenes detalladas de los dientes para que el dentista pueda determinar su estado de salud.
Hay varios tipos de radiografías intraorales. En una radiografía de aleta de mordida, la película muestra una imagen detallada de los dientes superiores e inferiores de una zona concreta de la boca, desde la parte superior de la corona hasta la línea de las encías. Este tipo de radiografía es la que suele utilizar el dentista para determinar si hay caries entre los dientes y cambios en la densidad ósea de alguno de ellos. Una radiografía periapical muestra todo el diente desde la corona hasta la raíz. Estas radiografías suelen indicar al dentista si hay alguna anomalía en la raíz y en la zona ósea circundante. Una radiografía oclusal es más grande y muestra el arco completo de los dientes, ya sea en el área de la mandíbula superior o inferior.
Una radiografía externa no es tan comúnmente utilizada porque son menos detalladas que las intraorales. La radiografía panorámica es el tipo más conocido por la gente. Muestra todo el conjunto de dientes superiores e inferiores en una sola radiografía. Se utilizan para detectar dientes impactados, anomalías óseas, tumores y fracturas.
La mayoría de los dentistas de hoy en día optan por utilizar las imágenes de rayos X digitales en lugar de la película fotográfica tradicional porque es eficiente en términos de tiempo. No hay películas que revelar y las imágenes pueden guardarse en un ordenador para futuras referencias. También es más fácil para los dentistas porque pueden acercar y alejar la imagen sin dificultad para un mejor diagnóstico. Los estudios también sugieren que hay menos radiación cuando se utilizan imágenes de rayos X digitales.
¿Entonces? ¿Con qué frecuencia deberíamos hacernos radiografías dentales? Bueno, es una de esas cosas que depende de su situación particular. La Asociación Dental Americana (ADA) aconseja al dentista que evalúe a cada paciente. Si un paciente adulto no muestra ningún historial de problemas dentales, se le aconseja que se haga una radiografía cada dos o tres años. Si hay un historial de problemas dentales entonces se recomienda que se tomen radiografías de 6 a 18 meses dependiendo de la gravedad del problema. Si no se siente cómodo haciéndose radiografías dentales tan a menudo, hable con su dentista. Él/ella debe ser capaz de llegar a una solución con la que ambos se sientan cómodos, especialmente si usted tiene un historial de problemas dentales.