Objetivo: Conocer el nuevo concepto de parafilias, su presentación clínica y su vinculación con un trastorno de la personalidad como perversión, la legislación francesa al respecto y las diferentes opciones terapéuticas.
Material y métodos: Revisión de las guías publicadas sobre este tema en la base de datos Medline y una reflexión a partir de nuestra propia experiencia clínica, especialmente en la pericia judicial.
Resultados: La conducta sexual desviada es, en las clasificaciones actuales, conocida como parafilia. Esta entidad clínica corresponde a cualquier comportamiento sexual considerado «anormal» en comparación con los actos sexuales de la sociedad en la que vive la persona. Significa precisamente, en primer lugar, el sufrimiento causado por este trastorno o el deterioro de la vida social, profesional o familiar. Las parafilias como la pedofilia tienen límites de edad estrictos. La víctima debe ser menor de 16 años, con una diferencia de edad de al menos 5 años con el autor del acto. Los actos sexuales ilegales son crímenes o delitos según el grado, y están sancionados por la ley. En términos ordinarios, se les conoce como pervertidos, que cometen perversiones. Este concepto es diferente al de parafilia, un pervertido puede tener, o no, un comportamiento parafílico. Para diagnosticar un trastorno de la personalidad como la perversión, se deben incluir todos los criterios: narcisismo, utilización de la persona como objeto de placer, con, principalmente, mecanismos de negación y un desdoblamiento de la personalidad que elimina cualquier sentimiento de culpa del autor.
Conclusión: El tratamiento médico de la parafilia por sí solo no es satisfactorio ya que el mecanismo de negación es tal que sólo afecta al impulso sexual con un alto riesgo de recurrencia. Sólo la psicoterapia puede modificar el elemento patológico de una personalidad pervertida.