Para muchos, los tan esperados meses de verano traen a la mente los picnics familiares, las bebidas frescas en el porche y las tardes de ocio en la playa. Pero, a medida que las temperaturas se disparan, las actividades de clima cálido pueden aumentar el riesgo de otro elemento básico del verano: la deshidratación. No ingerir suficientes líquidos, especialmente cuando hace calor, puede suponer graves problemas de salud para cualquier persona, pero los adultos mayores corren un riesgo especial de deshidratación.
ADVERTENCIA
Por qué las personas mayores están en riesgo
Hay algunas razones por las que los adultos mayores son más susceptibles de sufrir desequilibrios de líquidos y electrolitos. Con la edad, la capacidad de nuestro cuerpo para conservar el agua se reduce. Esto puede hacer que sea más difícil adaptarse a cosas como las fluctuaciones de temperatura. Además, la sensación de sed disminuye con la edad. Cuando una persona siente sed, los fluidos esenciales pueden ser ya muy escasos.
Ciertas condiciones médicas y medicamentos pueden afectar a la capacidad de una persona mayor para retener líquidos. Las personas con demencia pueden olvidarse de comer y beber, y en fases más avanzadas pueden tener dificultades para tragar. Los medicamentos como los diuréticos, los antihistamínicos, los laxantes, los antipsicóticos y los corticosteroides pueden provocar una micción frecuente que agote el agua y los electrolitos. Además, las personas mayores que sufren incontinencia suelen rechazar o limitar los líquidos a propósito para evitar accidentes.
Signos y síntomas de deshidratación
Como cuidador familiar, es importante estar atento a los signos y síntomas y comunicarse con un médico o profesional de la salud si nota señales de alarma que podrían indicar complicaciones por la pérdida de líquidos.
Es crucial detectar los signos más sutiles y tempranos de que una persona mayor necesita aumentar su consumo de líquidos. Tenga en cuenta que la sed no suele ser un indicador útil, porque una persona que siente sed puede estar ya deshidratada. Los primeros signos que hay que buscar son el dolor de cabeza, el estreñimiento, los calambres musculares, la sequedad de boca y lengua, y la somnolencia o el letargo. El color de la orina es otro indicador útil y debe ser claro o amarillo claro para alguien que está correctamente hidratado.
Si la deshidratación grave no se controla, puede causar convulsiones debido al desequilibrio de electrolitos, una reducción del volumen de sangre en el cuerpo (shock hipovolémico), insuficiencia renal, lesiones por calor e incluso el coma o la muerte.
Signos de deshidratación grave
- Poca o nula micción
- Orina oscura o de color ámbar
- Piel seca que se mantiene plegada al pellizcarla
- Irritabilidad, mareos, o confusión
- Presión arterial baja
- Respiración y latidos del corazón rápidos
- Pulso débil
- Manos y pies fríos
Prevención de la deshidratación
Para la mayoría de nosotros, beber mucho líquido y comer alimentos con alto contenido de agua es una gran manera de mantener nuestro cuerpo correctamente hidratado en el clima cálido. La mayoría de los adultos necesitan alrededor de 64 onzas de líquido cada día, pero esa cantidad aumenta con el calor y la humedad y puede cambiar en función de varios medicamentos y condiciones de salud.
Una buena regla general es tratar de equilibrar la ingesta de líquidos con la salida. Si una persona mayor está sudando u orinando con más frecuencia, entonces su ingesta de líquidos también debería ser más frecuente. Si un ser querido padece una enfermedad que le provoca fiebre, diarrea o vómitos, es fundamental controlar cuidadosamente la ingesta de líquidos. Tenga en cuenta que usted también puede deshidratarse cuando hace frío
Modo de aumentar la ingesta de líquidos
Recuerde que el agua no es la única opción. La mayoría de los líquidos cuentan para las 64 onzas (excepto el alcohol), y muchos alimentos también lo hacen.
Si una persona mayor se niega a beber agua sola, hay muchas modificaciones y alternativas disponibles. Pruebe a utilizar potenciadores del agua, a optar por aguas ya aromatizadas, a servir una mezcla de mitad de agua y mitad de zumo, o agua infusionada con frutas.
Considere los sabores salados y dulces. El caldo caliente de pollo, ternera o verduras puede proporcionar una fuente calmante de líquidos y electrolitos que parece más una «comida» y menos una bebida. Para aquellos a los que les gustan los dulces, los polos, los batidos y los batidos pueden ser opciones más tentadoras que funcionan como un vehículo dulce para los fluidos.
La forma de servir las bebidas puede tener un efecto sobre la voluntad y la capacidad de un ser querido para beberlas. Experimentar con diferentes temperaturas de servicio puede hacer que las bebidas sean más atractivas. Las preferencias individuales varían en cuanto a la palatabilidad de las diferentes temperaturas. Servir una bebida a la temperatura deseada aumentará la probabilidad de que se consuma.
ADVERTENCIA
La vajilla también puede ser un componente importante. Una persona con baja visión podría ver más fácilmente una taza opaca de color brillante y, por tanto, beber de ella más a menudo. Las personas mayores especialmente resistentes pueden encontrar más apetecible una bebida si se sirve en un vaso bonito o con guarnición. Por ejemplo, pruebe a servir un batido saludable en un vaso de fuente de soda antiguo con un trozo de fruta fresca en el borde.
A veces puede ser necesaria una vajilla especializada para las personas con dificultades para tragar, temblores, artritis, problemas de habilidad motora y debilidad muscular. Los vasos con dos asas, una tapa antiderrame, una pajita incorporada o características ergonómicas pueden simplificar el proceso y evitar los derrames.
Los alimentos también pueden hidratar
Aunque el agua es la opción preferida por la mayoría de las personas, tenga en cuenta que las bebidas no son la única fuente de líquidos. Las frutas y verduras crudas también pueden ser una fuente de hidratación. Por ejemplo, un pequeño plato de verduras cortadas, como palitos de apio, rodajas de pepino, tomates cherry y rodajas de pimiento, servidas con un aderezo saludable o hummus para mojar, puede ser un tentempié nutritivo y lleno de líquidos. Utilice la siguiente lista para añadir alimentos a la dieta de su ser querido que le ayuden a mantenerse hidratado.
Alimentos con alto contenido en agua
Ingrediente |
Porcentaje de agua |
Tamaño de la ración |
Pepino |
96% |
1 taza de pelado y cortado |
Tomate |
94% |
1 mediana |
Sandía |
92% |
1 taza en dados, o 10 bolas |
Pimiento morrón |
92% |
3/4 de taza en rodajas |
Uvas |
92% |
1 taza |
Cantalupo |
90% |
1/10 (1 cuña pequeña) |
Naranja |
97% |
1 mediana |
Arándanos |
85% |
1 taza |
Manzana |
84% |
1 mediana |
Si una persona mayor tiene aversión a las frutas y verduras, especialmente cuando están crudas, los alimentos con alto contenido en agua como las crudités, las ensaladas o el gazpacho pueden ser un enfoque poco realista. En cambio, añadir ingredientes saludables a los alimentos que ya disfrutan puede suponer pequeñas victorias para el cuidador. Pruebe a añadir una taza de bayas frescas al yogur, los cereales o el postre de un ser querido, o añada rodajas de tomate y unas hojas de lechuga a los envoltorios y sándwiches. Puede que no parezcan adiciones significativas, pero cada pequeño detalle suma. Incorporar estos elementos a diario puede ayudar a su ser querido a prevenir la deshidratación sin cambiar significativamente la cantidad de líquido que bebe.
Aunque estas útiles pautas tienen mucho sentido para la salud, es importante mantenerse en comunicación con el médico de su ser querido y tener en cuenta que el manejo de algunas condiciones médicas, como la insuficiencia cardíaca y la enfermedad renal o hepática, puede requerir restricciones intencionales de la ingesta de líquidos.