Desde los bebés hasta los culturistas, todos tenemos músculos. Crecen, se abultan, se estiran y, a veces, incluso dan tirones dolorosos. Pero a pesar de todo el trabajo que hacen por nosotros, todavía no podemos coronar a uno como el más fuerte de todos.
En su lugar, unos pocos músculos podrían reclamar el título, dependiendo de cómo se mida la fuerza.
Si el título va al músculo que puede ejercer la mayor fuerza, el vencedor sería el sóleo, o el músculo de la pantorrilla, según la Anatomía de Gray, el libro de texto de anatomía. Sin este músculo, no podríamos estar de pie, caminar, correr o agitar el cuerpo en la pista de baile. Si el sóleo no estuviera tirando continuamente, siempre nos estaríamos cayendo (aunque algunos de nosotros tendemos a hacerlo de vez en cuando de todos modos).
Pero quizás el título debería ir para el músculo que ejerce la mayor presión. La presión es diferente de la fuerza: la presión tiene en cuenta el área sobre la que se ejerce una fuerza. El músculo que se lleva el premio por ejercer la mayor cantidad de presión es el masetero, o el músculo de la mandíbula, según el libro «Clinical Oral Science» (Reed Educational and Professional Publishing, 1998).
En 1986, Richard Hofmann, de Lake City, Florida, logró una fuerza de mordida de 975 libras (442 kilogramos) durante dos segundos, estableciendo un récord Guinness. Es un récord que deja a todos boquiabiertos. La mandíbula es capaz de apretar y masticar gracias al músculo masetero.
Otros pueden argumentar que los músculos utilizados en el parto son los más potentes. En concreto, la capacidad del miometrio, o músculo uterino, de contraerse y relajarse hace posible el nacimiento humano. Pero como estos músculos no se utilizan con frecuencia y dependen en gran medida de una interacción de factores hormonales y bioquímicos, algunos descartan que el miometrio sea el músculo más fuerte.
Cuando se trata de versatilidad, quizá la lengua sea el músculo más fuerte. Su combinación de elasticidad y contundencia nos permite hablar, comer y besar, cosas muy deseables en una primera cita. Sin embargo, por muy hábil que sea, su potencia no está a la altura de músculos como el sóleo.
Si la lentitud y la constancia ganan la carrera, el corazón es sin duda un aspirante al título. Los impulsos eléctricos en el miocardio, la pared muscular del corazón, hacen que éste siga latiendo. Cuando se contrae, el músculo bombea unos 59 mililitros de sangre y trabaja constantemente durante toda su vida. Al latir unos 40 millones de veces al año, el corazón de una persona lo hará aproximadamente 2.500 millones de veces cuando cumpla 70 años.
El músculo más grande del cuerpo humano es el glúteo mayor, o las nalgas. Este músculo ayuda a mantener el torso erguido, y unos glúteos más fuertes permiten a una persona saltar más alto y esprintar más rápido.
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