Fiebre
La fiebre es una de las reacciones normales que experimenta el cuerpo cuando lucha contra una infección. Hay muchos signos y síntomas de fiebre, como piel caliente, sudoración y escalofríos. La fiebre puede provocar un aumento de la frecuencia respiratoria a medida que el cuerpo intenta enfriarse.
Deshidratación
La deshidratación se produce cuando el cuerpo no ingiere suficiente agua para satisfacer sus necesidades.
Cuando se está deshidratado, la disminución de los niveles de líquidos llega a ser lo suficientemente baja como para alterar los niveles de electrolitos. Esto puede afectar al intercambio de gases importantes en los pulmones, provocando un aumento de la frecuencia respiratoria.
Asma
El asma es una enfermedad caracterizada por unas vías respiratorias estrechas, inflamadas y llenas de mucosidad. Con el asma, hay momentos en los que resulta difícil hacer llegar suficiente aire a los pulmones.
Además, el exceso de mucosidad puede bloquear las vías respiratorias. Esto puede provocar una disminución del acceso al oxígeno del aire. Esto puede provocar un aumento de la respiración a medida que el cuerpo intenta compensar la falta de intercambio de aire.
La EPOC y otras afecciones pulmonares
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o EPOC, es un conjunto de afecciones que se caracterizan por un daño pulmonar a largo plazo. Las siguientes afecciones se engloban dentro de la EPOC:
- enfisema
- bronquitis crónica
- asma refractaria
Al igual que el asma, la inflamación del revestimiento de los pulmones con EPOC dificulta la obtención de suficiente oxígeno. A medida que el cuerpo intenta aumentar el consumo de oxígeno, la respiración aumenta.
Afecciones cardíacas
El corazón está estrechamente ligado a la respiración. La función del corazón, trabajando conjuntamente con los pulmones, es hacer circular la sangre oxigenada hacia los órganos vitales del cuerpo.
Con las enfermedades cardíacas, la función del corazón se deteriora y no puede bombear tanta sangre. Cuando esto ocurre, el cuerpo no recibe el oxígeno que necesita y la respiración aumenta.
Sobredosis
Los fármacos estimulantes influyen en ciertas sustancias químicas neurotransmisoras del cerebro. Uno de estos neurotransmisores, la norepinefrina, desempeña un papel en la frecuencia respiratoria. La sobredosis de ciertos fármacos, especialmente los estimulantes, puede provocar un aumento de la frecuencia respiratoria.
Infecciones
Las infecciones pulmonares pueden provocar la inflamación de las vías respiratorias y los pulmones. Esta inflamación puede dificultar la respiración. Cuando el cuerpo no puede realizar respiraciones largas y profundas, aumentará la respiración para compensar y mejorar el consumo de oxígeno.
Ansiedad o ataques de pánico
La hiperventilación es un síntoma común de la ansiedad y los ataques de pánico. Durante un ataque de pánico, se activa la respuesta de lucha o huida. Esta respuesta prepara al cuerpo para «luchar» o «huir», y la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria aumentan.
Taquipnea transitoria (bebés)
Esta afección aguda se produce en los recién nacidos y se caracteriza por una respiración rápida, a veces dificultosa.
Cuando los recién nacidos realizan sus primeras respiraciones, el líquido que había en los pulmones es expulsado. Cuando el bebé no puede expulsar el líquido por completo, la frecuencia respiratoria puede aumentar para tomar más oxígeno.
La taquipnea transitoria suele desaparecer a los pocos días, pero a veces requiere un control adicional en el hospital tras el nacimiento.