La mayoría de las mujeres se dan cuenta de que tienen una fase lútea corta sólo cuando consultan a un médico para tratar la infertilidad. Una fase lútea corta o defecto de la fase lútea se refiere a una fase lútea que es más corta que 10 días. La fase lútea es el nombre que reciben las dos semanas que transcurren entre la ovulación y el inicio del periodo menstrual. Es el momento en el que el cuerpo segrega progesterona que ayuda a que el revestimiento uterino se vuelva más grueso.
¿Qué significa una fase lútea corta en términos de fertilidad?
Cuando el cuerpo no segrega suficiente progesterona, el revestimiento uterino no se desarrolla correctamente. Puede ser más fino de lo normal, lo que dificulta la implantación de un óvulo fecundado en el útero. La falta de progesterona también puede desencadenar una menstruación temprana. Por lo tanto, una fase lútea corta es una causa común de infertilidad y de abortos espontáneos tempranos.
Síntomas de la fase lútea corta
La mayoría de las mujeres no se dan cuenta de que tienen una fase lútea corta. Los síntomas suelen notarse sólo en retrospectiva. Entre ellos se incluyen:
- Sangrado entre periodos
El sangrado entre periodos puede ser un signo de un revestimiento endometrial poco desarrollado.
- Períodos tempranos
- Dificultad para quedarse embarazada
- Aborto involuntario temprano
Diagnóstico de la fase lútea corta
Los médicos suelen tener dificultades para determinar los factores que desencadenan una fase lútea corta. No existe una prueba única que pueda utilizarse para confirmar el diagnóstico. El primer paso para confirmar un diagnóstico es un análisis de sangre para comprobar los niveles de progesterona, hormonas luteinizantes y hormonas estimulantes del folículo (FSH). También se puede realizar una ecografía pélvica para comprobar el grosor del revestimiento uterino.
Es importante tener en cuenta que las mujeres con una fase lútea corta pueden no tener un defecto de fase lútea durante cada ciclo menstrual. La fase lútea puede cambiar de vez en cuando.