El concepto de adventista dispone de una utilización excluyente en el plano religioso dado que a través del mismo se puede, por un lado, designar a todo aquello que está asociado o es propio del adventismo y por otra parte se denominará así a la persona que sigue o profesa esta doctrina de fe religiosa.
El adventismo es una corriente protestante que se desprende del Cristianismo y cuyo origen se ubica en los Estados Unidos, en tanto, como fundamento y pilar de su creencia promueve que una nueva llegada de Cristo, hijo de Dios, está por producirse.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día es la que más se asocia a esta fe religiosa y por ende una de las más reconocidas como adventismo en el mundo entero.
A diferencia de la religión católica, debemos indicar que el adventismo se destaca porque toma al día sábado como el día de recogimiento y en el cual se honra y recuerda a Dios. Los cristianos, en cambio, toman como día especial para profesar su fe y reconocimiento a Dios el día domingo, incluso es el día en el que los cristianos más acuden a misa para rendirle culto a Dios.
Ahora bien, sí consideran, tal como lo hacen los cristianos, a la Biblia, como la escritura sagrada
El origen de esta fe religiosa que al día de hoy aglutina a alrededor de unos 20 millones de fieles se encuentra en las propuestas del predicador William Miller allá por el siglo XIX. Sería justamente a mitad de este siglo que Miller se inició en la prédica de una segunda e inminente venida de Jesús a nuestra tierra. Su acción dio origen a un movimiento que se conocería como Movimiento Millerista y es justamente a este al que adhería una de sus más fieles seguidores, Ellen Gould Harmon de White. White está signada como una de las fundadoras de la Iglesia Adventista.
Los Testigos de Jehová también descienden del movimiento millerista.
Los adventistas también se destacan por las particulares recomendaciones que siguen y cumplen a rajatabla al respecto de su alimentación. Y ha sido precisamente Ellen quien propuso en su tiempo la práctica del vegetarianismo y el abstenerse de ingerir bebidas como el alcohol e infusiones como el café y el té, entre otras consideraciones, para mantener el cuidado del cuerpo, según su particular óptica.