Antecedentes: Internet y el teléfono son recursos valiosos para los profesionales de la salud mental cuando el acceso a la evaluación o terapia presencial es difícil. Sin embargo, a pesar de lo mucho que está en juego (como el acceso a la medicación o la compensación económica) a menudo implicado en las pruebas psicológicas, se sabe poco acerca de cómo el modo de administración de la prueba influye en las puntuaciones de la prueba cuando los pacientes están fingiendo. El objetivo de esta investigación fue examinar por primera vez la equivalencia de una medida de depresión fingida cuando se administra por Internet, por teléfono y con lápiz y papel.
Sujetos y métodos: Se utilizó un diseño experimental mixto con participantes (n=91) asignados aleatoriamente a los grupos de Internet, teléfono o lápiz y papel. Los participantes completaron la Escala de Depresión de Edimburgo, primero bajo instrucciones estándar y luego bajo instrucciones de fingir como si estuvieran experimentando una depresión severa. Se incluyó un control de manipulación para garantizar que los participantes habían entendido y seguido las instrucciones para fingir.
Resultados: Como se predijo, los participantes fueron capaces de aumentar significativamente sus puntuaciones de depresión cuando se les pidió que fingieran la depresión. Los participantes informaron de puntuaciones de depresión fingida significativamente más bajas por teléfono que en formato de papel y lápiz. Las puntuaciones de la depresión fingida en el grupo en línea no difirieron significativamente de las de los grupos telefónico y de papel y lápiz. Sin embargo, los participantes de todos los grupos cumplían los criterios indicativos de un diagnóstico provisional de depresión.
Conclusiones: En general, los resultados indican que puede no haber una diferencia significativa entre el malingering a través de los modos de administración. Si un individuo está fingiendo la depresión, el modo de administración tiene una influencia mínima. Estos resultados proporcionan un apoyo preliminar para el uso de tecnologías en línea/telefónicas en la evaluación de la depresión.