- Estado de ánimo depresivo intenso; sentimientos de extrema tristeza, desesperanza y desánimo
- Reducción del placer en las actividades habituales
- Aislamiento y retraimiento social
- No comer lo suficiente o comer demasiado
- Dormir mucho o poco
- Agitación y letargo
- Apatía
- Aumento de la irritabilidad
- Fatiga y pérdida de energía
- Sentirse inútil, desesperanza o culpabilidad inapropiada
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio
Diferencias
Añadir a la confusión de todo esto son las diferencias entre ambos. Los enfermos de Alzheimer pueden experimentar la depresión de forma diferente a la de las personas que no la padecen. Por ejemplo, los enfermos de Alzheimer pueden:
- Mostrar síntomas de depresión menos graves
- Experimentar episodios de depresión que aparecen y desaparecen
- No hablar tanto de suicidio
- Deterioro cognitivo decreciente
- Dificultad creciente para manejar las habilidades de la vida diaria
- Dependencia creciente de los cuidadores
Los estudios han demostrado que muchas personas mayores que tienen depresión pasan a desarrollar la enfermedad de Alzheimer como resultado de múltiples pequeños golpes en el cerebro, señala la CNN. Así, la depresión es la primera manifestación de que el cerebro empieza a descomponerse, y a medida que esto empeora, la depresión puede mezclarse con la demencia. Tratar esa depresión puede mejorar inicialmente la perspectiva; sin embargo, con el tiempo la destrucción gradual del cerebro llega a ser demasiado y las cosas pueden ir cuesta abajo con bastante rapidez.
Tratamiento
El tratamiento de la depresión debe ser tomado en serio por los cuidadores. Decirle a alguien que sufre ambas afecciones que simplemente «se anime» o «salga de dudas» no es útil. Las personas deprimidas necesitan el apoyo de sus seres queridos porque no pueden salir de ese pozo por sí solas, especialmente cuando tienen que lidiar con otras enfermedades crónicas o se enfrentan al final de la vida en un hospicio. Según la Asociación de Alzheimer, el tratamiento más común para la depresión en el Alzheimer implica una combinación de medicamentos, asesoramiento y la reintroducción gradual de actividades y personas que inspiran felicidad.
Antes de poder prescribir un tratamiento adecuado, un médico debe realizar lo siguiente:
- Revisión del historial médico de la persona
- Examen físico y mental
- Entrevistas con los miembros de la familia