La endotoxina bacteriana Gram negativa es un pirógeno biológico que causa fiebre cuando se introduce por vía intravenosa. La endotoxina, también conocida como lipopolisacárido (LPS), se encuentra en la membrana externa de las bacterias Gram negativas. Durante la sepsis por gramnegativos, la endotoxina estimula a los macrófagos del huésped para que liberen citoquinas inflamatorias. Sin embargo, una inflamación excesiva provoca el fallo de múltiples órganos y la muerte. Las endotoxinas, que son moléculas patógenas omnipresentes, son una perdición para la industria farmacéutica y la comunidad sanitaria. Por lo tanto, la detección temprana y sensible de la endotoxina es crucial para prevenir la endotoxemia. El lisado de amebocitos del limulus (LAL) se ha utilizado ampliamente durante unos 30 años para la detección de endotoxinas en la garantía de calidad de los medicamentos inyectables y los dispositivos médicos. El LAL constituye una cascada de proteasas de serina que se desencadenan por niveles traza de endotoxina, culminando en un coágulo de gel al final de la reacción. El Factor C, que normalmente existe como zimógeno, es el iniciador de esta cascada de coagulación. In vivo, el Factor C es el biosensor perfecto, que alerta al cangrejo herradura de la presencia de un invasor Gram-negativo. El punto final hemostático atrapa al invasor, matándolo y limitando la infección posterior. Sin embargo, como herramienta de detección de endotoxinas in vitro, las variaciones en la sensibilidad y la especificidad de la LAL con respecto a la endotoxina, y el suministro cada vez más escaso de cangrejos herradura, están planteando retos cada vez mayores a la industria biotecnológica. Esto ha hecho necesaria la innovación de una prueba alternativa para la endotoxina. Así, el factor C se convirtió en el objetivo obvio, aunque difícil, del esfuerzo tecnológico recombinante. Este capítulo documenta desde la extracción del lisado sanguíneo natural de la especie en peligro de extinción hasta el monumental esfuerzo de la ingeniería genética, para producir el Factor C recombinante (rFC). El rFC es una molécula de 132 kDa, que se produjo como una proenzima inducible por la presencia de niveles traza de endotoxina. La rFC constituye la base del kit «PyroGene», que es un novedoso ensayo microenzimático de diagnóstico de endotoxinas para la detección de alto rendimiento de endotoxinas. Utilizando la rFC, Lonza Inc. ha creado el «PyroSense», que sirve como punto de control de la línea de producción biotecnológica. Así, desde la clonación hasta las aplicaciones comerciales, la rFC ha iniciado una nueva era en las pruebas de endotoxinas para el aseguramiento de la calidad de los productos biomédicos y para la industria de la salud, al tiempo que ha salvado a los cangrejos de herradura en peligro de extinción.