La diabetes es una de las enfermedades con mayor impacto en la calidad de vida de los pacientes ya que afecta a distintos aspectos como la alimentación, la actividad física, la visión y la piel. Sobre éste último punto, José Ramón Calle, endocrinólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y asesor médico de la Fundación para la Diabetes (FD), explica que los índices elevados de glucosa a veces producen picores en la piel. «También pueden ser derivados de complicaciones de la propia enfermedad como las alteraciones renales, vasculares o neurológicas», apunta.
Además, este especialista subraya que cuando la causa del picor es la mala circulación, es habitual que el prurito se manifieste en las extremidades inferiores: piernas, tobillos y pies. En este sentido, la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) pone de manifiesto el impacto que la diabetes tiene en la piel por su relación con afecciones cutáneas como la dermopatía diabética, la neuropatía diabética, las úlceras, el enrojecimiento y la xerosis o sequedad de la piel.
«La xerosis y, en algunas zonas el engrosamiento de la piel, es uno de los síntomas más tempranos y comunes de la diabetes», asegura Agustín Buendía, miembro de la AEDV. A su juicio, la piel seca es un problema que afecta al 25 por ciento de los pacientes causando descamación, reducción en la elasticidad de la piel y un mayor grosor de la misma en comparación con el resto de la población. «La sequedad se observa en todo el cuerpo aunque con mayor intensidad en las manos y los pies», comenta.
La urea, una aliada para la piel de los pacientes con diabetes
La hidratación de la piel con productos emolientes o hidratantes, como las lociones que facilitan su aplicación, es imprescindible para reforzar la función barrera de la piel, tal y como explica Ana Pulido, dermatóloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. «Los productos fluidos permiten asegurar una mayor adherencia, entre éstos, una buena opción son aquellos que incorporen urea entre el 5 y 10 por ciento», señala.
Pero, ¿qué beneficios tiene la urea para la piel de estos pacientes? «Se trata de un sustancia natural que, a diferencia de otros activos, protege las dos capas más externas de la piel: la dermis y la epidermis. La urea consigue una hidratación profunda porque se fija al estrato córneo de la piel así como favorece la exfoliación con una descamación natural», detalla Calle. Además, las lociones con este ingrediente mejoran la flexibilidad y activan el sistema inmune de la piel según este dermatólogo, quien recomienda su aplicación entre dos y tres veces al día después de la ducha.
Otro componente esencial para cuidar la piel cuando hay picores es la glicerina porque atrae el agua y la humedad: «Contribuye a una hidratación duradera, proporcionando mayor elasticidad y una apariencia más natural así como tiene un función antibacteriana al mantener protegida la capa más externa de la piel», insiste el especialista de la FD.
Otras medidas para controlar el picor de la piel
Una buena hidratación con lociones específicas para controlar el picor debe ir siempre acompañada de una higiene adecuada con productos diseñados para pieles sensibles así como de otras pautas de autocuidado con el objetivo de disminuir tanto el picor como la sequedad cutánea, tal y como indican Calle y Pulido. Al respecto, estos dermatólogos hacen las siguientes recomendaciones:
- Utilizar jabones neutros que no contengan ingredientes alcalinos como los dermolimpiadores syndet.
- Optar por la ducha en vez del baño porque éste favorece la maceración y la erosión la piel.
- Durante la higiene diaria intentar que el agua sea tibia.
- Evitar la humedad excesiva y secar bien la piel después de la ducha.
- Cuidar las uñas para prevenir lesiones cortándolas de forma regular y administrando preparados queratolíticos como la urea en altas concentraciones para reducir el volumen de la uñas en casos de hiperqueratosis (el crecimiento excesivo de la misma).
- No estar largos periodos expuestos a la radiación solar y emplear cremas solares en función del tipo de piel.
- Usar ropa ligera y con tejidos naturales como el algodón, prescindiendo de prendas elásticas.
- Reducir o eliminar el consumo de comidas picantes y bebidas alcohólicas.
- Evitar el rascado porque daña la piel y aumenta el riesgo de infecciones.