En las actuales recomendaciones dietéticas para el tratamiento y la prevención de la diabetes de tipo 2 y sus complicaciones relacionadas, existe flexibilidad en la proporción de energía derivada de las grasas monoinsaturadas y de los hidratos de carbono en sustitución de las grasas saturadas. En los últimos años, varios estudios poblacionales han demostrado que los sujetos que consumen muchos cereales refinados y alimentos procesados presentan un aumento mucho mayor del perímetro de la cintura que los que siguen una dieta más rica en grasas monoinsaturadas, proteínas y carbohidratos ricos en fibra y cereales integrales. En el presente número de Clinical Science, Sinitskaya y sus colaboradores han demostrado que, en roedores de peso normal clasificados en grupos de dieta alta en grasas y media en carbohidratos , alta en grasas y baja en carbohidratos y alta en grasas y sin carbohidratos, las dietas altas en grasas que contienen carbohidratos eran tanto obesogénicas como diabetogénicas, mientras que la dieta muy alta en grasas y sin carbohidratos no era obesogénica pero provocaba resistencia a la insulina y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Este hallazgo puede indicar que las dietas altas en grasas podrían dar lugar fácilmente a una dieta poco saludable cuando se combinan con hidratos de carbono, lo que pone de manifiesto la importancia de la composición de macronutrientes, más que del contenido calórico, en las dietas altas en grasas.