En la revisión se incluyeron 22 ensayos, con 4.892 pacientes (rango de 40 a 635). Todos los ensayos se describieron como aleatorios, pero sólo uno informó de los métodos de generación y ninguno informó de la ocultación de la asignación. Para la evaluación de la calidad, tres ensayos obtuvieron 5 puntos, doce 4 puntos, seis 3 puntos y uno 2 puntos.
Olmesartán frente a losartán: En 12 ensayos (2.133 pacientes), olmesartán se asoció con una disminución estadísticamente significativa de la presión arterial diastólica (DMP 1,61; IC del 95%: 0,59 a 2,62; Ι²=67%) y de la presión arterial sistólica (DMP 3,19; IC del 95%: 0,46 a 5,92; Ι²=88%). No hubo diferencias estadísticamente significativas en la tasa de respuesta (siete ensayos), la incidencia total de eventos adversos (10 ensayos), la incidencia de eventos adversos relacionados con el fármaco, la cefalea, los mareos o la diarrea, entre los grupos.
La metarregresión mostró que la edad de los pacientes, el sexo, la duración del estudio, el tamaño de la muestra, el año de publicación y la presión arterial basal no contribuyeron a la heterogeneidad. La exclusión de los estudios que no estaban en inglés siguió mostrando beneficios significativos para el olmesartán. La exclusión de los estudios con menos de 4 puntos de calidad, mostró diferencias significativas entre los grupos para la reducción de la presión arterial diastólica (DMP 1,73; IC del 95%: 0,58 a 2,88), pero no la presión arterial sistólica.
Olmesartán frente a valsartán: En nueve ensayos (1.595 pacientes), se observaron reducciones significativas de la presión arterial sistólica con olmesartán, en comparación con valsartán (DMP 1,72; IC del 95%: 0,29 a 3,16; Ι²=24%). No se observaron diferencias estadísticamente significativas entre olmesartán y valsartán en la reducción de la presión arterial diastólica, la tasa de respuesta (tres ensayos), los eventos adversos totales (seis ensayos), los eventos adversos relacionados con el fármaco, el dolor de cabeza, los mareos o la diarrea. Se observaron reducciones estadísticamente significativas en la presión arterial sistólica y diastólica cuando se excluyeron los estudios con puntuaciones de baja calidad, y para la presión arterial sistólica cuando se excluyeron los estudios que no estaban en inglés.
Olmesartán frente a candesartán o irbesartán: No se observaron diferencias significativas en el cambio de la presión arterial entre olmesartán y candesartán (tres ensayos), pero se observó una reducción significativa de la presión arterial a las 24 horas con olmesartán, con mayores reducciones tanto para la presión arterial sistólica como para la diastólica durante las últimas cuatro horas y dos horas del intervalo de dosificación. No hubo diferencias en los acontecimientos adversos totales entre olmesartán y candesartán, y olmesartán e irbesartán (un ensayo).
Trama de L’Abbe:Los resultados indicaron que olmesartán proporcionó una mayor reducción de la presión arterial que otros bloqueadores de los receptores de la angiotensina.