El efecto del ejercicio sobre los factores de riesgo de la enfermedad coronaria
Uno de los logros médicos importantes del siglo XX ha sido el desarrollo de la teoría de los factores de riesgo de la enfermedad coronaria. Los científicos han descubierto que las personas con sobrepeso, que fuman cigarrillos, que tienen la presión arterial alta o que presentan niveles elevados de ciertos tipos de moléculas portadoras de grasa y colesterol en la sangre son mucho más propensas a morir de una enfermedad coronaria. Además, las combinaciones de estos factores de riesgo provocan un aumento exponencial del riesgo de muerte. El descubrimiento y la descripción de los factores de riesgo han permitido comprender el proceso aterosclerótico y la forma de prevenirlo y tratarlo. La evidencia sugiere que el ejercicio regular puede reducir la exposición de una persona a varios de los factores de riesgo.
La grasa y el colesterol son transportados por la sangre en moléculas complejas llamadas lipoproteínas. Los investigadores han identificado varias clases de lipoproteínas y han dilucidado sus funciones en la progresión aterosclerótica. Por tanto, es posible describir perfiles de lipoproteínas anormales o de alto riesgo. La dieta y la herencia son factores clave que determinan el perfil lipoproteico de una persona, y el ejercicio también desempeña un papel importante. El ejercicio aeróbico regular mejora el perfil de lipoproteínas en la mayoría de los individuos. Aunque se necesita más trabajo para entender completamente esta asociación, la dosis de ejercicio necesaria para efectuar un cambio beneficioso en el perfil de lipoproteínas parece ser de unos 13 a 16 kilómetros de carrera (o su equivalente en otra actividad) por semana.
La presión arterial elevada (hipertensión) es un segundo factor de riesgo poderoso para la enfermedad coronaria. Los hábitos de vida sedentarios y los bajos niveles de aptitud física aumentan el riesgo de desarrollar hipertensión. El ejercicio también parece reducir la presión arterial en al menos algunos individuos con hipertensión. El mayor beneficio lo obtienen probablemente las personas más jóvenes (menores de 40 a 45 años) cuya hipertensión es de aparición relativamente reciente.
La mayoría de los expertos consideran que el exceso de peso corporal es un factor de riesgo independiente para la cardiopatía coronaria, aunque la obesidad también aumenta el riesgo de forma indirecta a través del impacto nocivo sobre la presión arterial y el perfil de lipoproteínas. Los hábitos de ejercicio están muy relacionados con el peso corporal. En prácticamente todos los estudios de grandes poblaciones, los individuos más activos pesan menos. Uno de los resultados más constantes que se observan en los estudios sobre el entrenamiento con ejercicio es la pérdida de peso corporal y de grasa. Los programas de pérdida de peso que incorporan el ejercicio además de la dieta tienen más éxito que los que se basan sólo en la dieta.