En Johns Hopkins, somos líderes en el cuidado de la salud pélvica, siendo pioneros en el tratamiento de las mujeres año tras año. Nuestros especialistas en salud pélvica, certificados por la junta, participan en la investigación y los ensayos clínicos de tratamientos nuevos y avanzados que ayudarán a prevenir los trastornos del suelo pélvico en las mujeres.
En nuestro programa de renombre nacional, nuestros pacientes son el objetivo principal. Nuestros objetivos son conseguir que vuelvan a vivir la vida en sus términos y proporcionar una experiencia con nosotros lo más libre de estrés posible. Esto incluye la posibilidad de satisfacer todas sus necesidades de atención en un solo lugar. Todo lo que necesita -desde expertos formados para tratar los trastornos del suelo pélvico, pasando por terapias innovadoras no quirúrgicas, hasta procedimientos mínimamente invasivos- se encuentra aquí, en nuestro Centro Femenino de Salud Pélvica y Cirugía Reconstructiva.
También somos uno de los pocos centros a nivel nacional que ofrece una atención coordinada entre especialidades. Nuestro equipo de uroginecología trabaja con expertos en urología, cirugía colorrectal, enfermería y fisioterapia para ofrecerle una atención integral y personalizada.
Tratamientos no quirúrgicos
Nuestros tratamientos no quirúrgicos incluyen:
- Entrenamiento muscular del suelo pélvico: Nuestro cualificado equipo de fisioterapia trabaja con los pacientes para rehabilitar los músculos pélvicos, fortalecer los músculos y corregir otras afecciones musculoesqueléticas que contribuyen a los trastornos del suelo pélvico.
- Inyecciones para problemas de control de la vejiga: Ofrecemos inyecciones de toxina botulínica en el músculo de la vejiga para ayudar a que ésta se relaje, aumentando su capacidad de almacenamiento de orina y reduciendo los episodios de incontinencia urinaria. También se puede inyectar material sintético de relleno en la uretra para ayudarla a «sellarse» y mejorar el control de la orina.
- Estimulación nerviosa: Los estimuladores nerviosos eléctricos envían pulsos eléctricos leves a los nervios de la parte inferior de la espalda para ayudar a controlar la función urinaria.
- Pesario vaginal: Se introduce un dispositivo de apoyo (anillo de plástico o goma) en la vagina para ayudar a sostener la vejiga.
- Medicamentos orales: Utilizados para mejorar la función intestinal o de la vejiga, o para reducir los síntomas o las molestias.
Tratamientos quirúrgicos
Siempre que es posible, nuestros cirujanos utilizan enfoques mínimamente invasivos para realizar procedimientos quirúrgicos (cirugía de reconstrucción pélvica). Esto incluye la cirugía vaginal, la cirugía laparoscópica y la cirugía asistida por robot.
Los beneficios de la cirugía mínimamente invasiva incluyen:
- Recuperación más rápida
- Menos dolor (en la mayoría de los casos)
- Incisiones abdominales más pequeñas (o en el caso de la cirugía vaginal, sin incisiones abdominales)
- Vuelta más temprana a las actividades normales
- Estancia hospitalaria más corta
- Disminución del riesgo de infección
Nuestros tratamientos quirúrgicos incluyen:
Sling de vejiga (cabestrillo miduretral)
Si la vejiga tiene fugas durante la actividad física o el esfuerzo, como estornudar o hacer ejercicio, los médicos pueden recomendar una cirugía llamada cabestrillo miduretral o cabestrillo de vejiga. Este procedimiento suele realizarse a través de la vagina con dos pequeñas incisiones en el monte de Venus (zona del vello púbico) o a lo largo de la zona interna del muslo (cerca de la abertura vaginal). Este procedimiento consiste en colocar una pequeña correa o material (malla quirúrgica) bajo la uretra (la abertura de la vejiga) para sujetar la abertura de la vejiga y evitar fugas.
Colpopexia sacra
Si el útero o la vagina se han prolapsado fuera del cuerpo, los médicos pueden recomendar una cirugía llamada colpopexia sacra. Una colpopexia sacra puede realizarse a través de una incisión abdominal o mediante técnicas mínimamente invasivas (laparoscopia o robot). Durante una colpopexia sacra, se crea una cinta con un material de malla quirúrgica. Esta correa se utiliza para recolocar y suspender la vagina en su posición original.
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Suspensión del ligamento sacroespinoso
Si el útero o la vagina se han prolapsado fuera del cuerpo, los médicos pueden recomendar una cirugía llamada suspensión del ligamento sacroespinoso. La suspensión del ligamento sacroespinoso se realiza a través de la abertura vaginal, sin dejar cicatrices visibles en el exterior del cuerpo. Durante la suspensión del ligamento sacroespinoso, la vagina se une a los propios ligamentos sacroespinosos de la mujer mediante puntos o suturas. Este procedimiento suspende la vagina de nuevo en el ligamento sacroespinoso.
Suspensión uterosacra
Si el útero o la vagina se han prolapsado fuera del cuerpo, los médicos pueden recomendar una cirugía llamada suspensión uterosacra. La suspensión uterosacra se realiza a través del orificio vaginal, sin dejar cicatrices visibles en el exterior del cuerpo. Este procedimiento también puede realizarse mediante laparoscopia o con el robot. Durante una suspensión uterosacra, la vagina se une a los ligamentos uterosacros de la propia mujer mediante puntos o suturas. Este procedimiento suspende la vagina en su posición original.
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