Fiat justitia ruat caelum es una frase latina, que forma parte de la jerga jurídica. Con la ayuda de Penlighten, descubre el significado de «fiat justitia ruat caelum» para comprenderlo mejor.
Corto y dulce
A menudo, se utiliza la versión abreviada de la frase, es decir, fiat justitia, en comparación con la original. Significa que se haga justicia.
Varios sistemas jurídicos están muy influenciados por el sistema de derecho romano. Inglaterra, sus antiguas colonias y América utilizan variaciones del derecho romano. Se denomina «derecho común». Es la razón por la que varias frases en latín se utilizan en la profesión de abogado incluso hoy en día.
Las máximas jurídicas latinas como a quo (del cual), a priori (de antes), ad hoc (por esto), affidavit (ha jurado), i.e. (que es), etc., se utilizan comúnmente en varias profesiones que sólo en la profesión de abogado. Una de estas frases es fiat justitia ruat caelum. La frase se ve usada sin ningún contexto legal también.
Por ejemplo, en la novela Middlemarch de la escritora inglesa George Eliot, un personaje se refiere al término -Deberías leer la historia- mira el ostracismo, la persecución, el martirio y ese tipo de cosas. Siempre les ocurren a los mejores hombres, ya sabes. Pero ¿qué es eso en Horacio? -fiat justitia, ruat… algo así. Con este ejemplo, averigüemos más sobre esta frase.
Definición
La traducción literal de la frase fiat justitia ruat caelum es Que haya justicia (mientras) se derrumba el Cielo. Según el diccionario Merriam-Webster, significa que se haga justicia aunque se caiga el cielo. La frase denota que la justicia debe llevarse a cabo independientemente de la situación o las consecuencias. Apela a una necesidad urgente de justicia.
Origen
► El origen de la frase se remonta al siglo I antes de Cristo. Sin embargo, en aquella época era más una declaración filosófica general que un término jurídico técnico.
► En épocas anteriores, sólo se utilizaba la parte de la frase «el cielo o la caída del cielo». Una de las primeras apariciones señaladas de esta frase se encuentra en los escritos del famoso dramaturgo romano Terrance. La colección de fábulas del narrador romano Esopo incluye una fábula titulada El cielo se cae.
► El célebre poeta lírico romano Horacio incluso utiliza el término «cielo que se cae» en una de sus odas para describir a un héroe que se somete a la ruina del mundo que le rodea.
► Sin embargo, fue el filósofo, estadista y dramaturgo romano Séneca y su obra sobre una leyenda a la que se atribuye el origen de la expresión «fiat justitia ruat caelum». En su obra De Ira (Sobre la ira), Séneca narra una historia de un estadista romano, Gneo Calpurnio Piso. Un día, en un ataque de ira, Piso ordenó la ejecución de un soldado. El soldado había vuelto solo de su permiso sin su compañero. Piso tomó esto como una señal de que el soldado había matado a su camarada.
Sin embargo, justo antes de la ejecución, el camarada perdido llegó a la escena. Un centurión que supervisaba la ejecución la detuvo, ya que la aparición del camarada demostró que el soldado culpable es realmente inocente. El asunto se presentó de nuevo ante Piso para que suspendiera las órdenes de ejecución. Sin embargo, esto enfureció tanto a Piso que ordenó tres ejecuciones. Ordenó que la ejecución original del soldado se llevara a cabo ya que la orden estaba dada. Además de eso, ordenó la pena de muerte al centurión que no cumplió con su trabajo de supervisar la ejecución. La tercera orden de ejecución fue dada al camarada cuando se suponía que estaba muerto, y su regreso hizo que dos personas inocentes perdieran la vida.
Piso se encargó de que la «justicia» se llevara a cabo aunque fuera moralmente incorrecta. Aunque la frase «fiat justitia ruat caelum» no aparece explícitamente en el relato, el Brewer’s Dictionary of Phrase and Fable atribuye a la frase la interpretación negativa del relato.
Uso
►Las interpretaciones de las frases cambiaron de negativas a positivas a lo largo de los años. La frase apareció por primera vez en 1601 en Ten Quodlibetical Quotations Concerning Religion and State de William Watson. Volvió a aparecer en 1646 en Fresh Discovery of Prodigious Wandering New-Blazing Stars, de William Prynne, y en 1647 en Simple Cobbler of Agawam, de Nathaniel Ward.
La máxima se hizo popular tras la decisión del célebre juez William Murray, primer conde de Mansfield, en el caso de John Wilkes en 1770. La disciplina del derecho continuó utilizando la máxima, y se puede encontrar otra mención de la frase en el ensayo de David Hume De la obediencia pasiva (1748).
► El escritor estadounidense Alan Donegal trata de explicar los matices de la máxima, así como la idea principal de la misma. Escribe que «ese precepto fue enunciado en una cultura en la que se consideraba imposible que el cielo cayera como consecuencia de hacer lo que se debe».
► El juez James Horton se refirió a la máxima mientras explicaba el cambio de su decisión respecto al juicio de los Scottsboro Boys en 1933.
►La frase está escrita en el dintel de la estación de la Garda de Bridewell, en Dublín. También está grabada en una pared del Tribunal Supremo de Georgia (Estados Unidos). Aparece en la puerta principal del Antiguo Tribunal del Condado de Perry, en Ohio. El Tribunal Supremo de Tennessee utiliza la frase como su lema.
► La frase es utilizada por un personaje en la película JFK (1991) en relación con la investigación del asesinato del presidente John F. Kennedy. La frase aparece como una variación en la película Find Me Guilty (2006), escrita frente al banco del juez.
► Joseph Conrad utiliza la frase en su novela de 1899 Heart of Darkness (El corazón de las tinieblas) hacia el final.
La frase aparece en el contexto del derecho. Sin embargo, hoy en día, el uso de esta frase no se limita a la jerga jurídica. También se utiliza en el cine moderno y en otros ámbitos artísticos.