La respuesta emocional al cáncer dependerá de varios factores, como el sistema de apoyo del paciente, su estilo de afrontamiento y su percepción de la enfermedad. A medida que los pacientes luchan con los problemas del diagnóstico y el tratamiento, también pueden enfrentarse a las presiones sociales que provienen de amigos bien intencionados que desean más que nada que estén bien. Los psicooncólogos, que se ocupan de las necesidades emocionales de los pacientes con cáncer, han determinado que una respuesta emocional saludable a un diagnóstico de cáncer incluye tres fases -reacción inicial, angustia y adaptación- que llevarán a los pacientes a través de un proceso de duelo típico.
La reacción inicial a un diagnóstico de cáncer suele ser de shock e incredulidad, seguida de un período de angustia caracterizado por síntomas mixtos de ansiedad, ira y depresión. A medida que los pacientes conozcan sus opciones y empiecen a ver cómo se forma un plan de tratamiento, entrarán en una fase de adaptación. Durante este período inicial, pueden experimentar una tristeza persistente, además de ansiedad o depresión; disminución del interés por la actividad sexual; fatiga; dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones; insomnio o sueño excesivo; pérdida de peso y de apetito; e inquietud o irritabilidad.
Muchos de estos síntomas podrían considerarse poco saludables, pero son una parte normal del proceso de afrontar un nuevo diagnóstico de cáncer. Sin embargo, los sentimientos de desesperanza y culpabilidad, o el hecho de sentirse atascado en una de las etapas anteriores, pueden indicar una angustia más grave.
Ansiedad
Los pacientes con cáncer participan más hoy en día que en años anteriores en la determinación de su plan de tratamiento. Pero ese poder conlleva la ansiedad de tomar una decisión, sobre todo cuando tienen múltiples opciones y no hay una ventaja clara en ninguna de ellas. El número de opciones terapéuticas depende del tipo de cáncer. Además, los médicos pueden estar en desacuerdo sobre el mejor curso de acción cuando no existe un estándar de tratamiento para un determinado cáncer, lo que añade otra capa a una decisión compleja.
Algunas personas encuentran que investigar sobre su cáncer ayuda a aliviar la ansiedad. Internet ha facilitado y agilizado la búsqueda de información y apoyo sobre el cáncer en línea, pero también puede exponer a las personas a afirmaciones falsas y engañosas. Muchos hospitales y centros de tratamiento tienen bibliotecas o centros de educación para pacientes que proporcionan recursos fiables, y las organizaciones sin ánimo de lucro pueden tener grupos de apoyo que permiten a los pacientes hablar con otras personas que han compartido su diagnóstico.
Muchos pacientes afrontan su situación concentrándose en las cosas que pueden controlar, como cuidar bien de su cuerpo llevando una dieta saludable y haciendo ejercicio. Algunos pacientes encuentran alivio en la realización de tareas prácticas, como establecer un sistema para gestionar el seguro, asegurarse de que los testamentos y otros asuntos legales están finalizados, o hablar con la familia sobre problemas o sentimientos no resueltos.
Un diagnóstico de cáncer es estresante para cualquiera, y pocas personas lo gestionan con éxito por sí mismas. La mayoría de las personas buscan el estímulo de amigos, familiares o grupos de apoyo. Otros buscan el consejo del clero, las enfermeras o los trabajadores sociales. Otro recurso útil que ofrecen algunos hospitales es un navegador de pacientes, que suele ser una enfermera titulada, un trabajador social o un miembro de la comunidad formado (a veces un superviviente de cáncer), que puede ayudar a los pacientes a «navegar» por el sistema sanitario, las citas y las cuestiones financieras. En la mayoría de los casos, los navegadores de pacientes no les dirán lo que tienen que hacer, sino que les sugerirán preguntas para hacer a su médico y les ayudarán a establecer prioridades. Estar preparado puede reducir el estrés y la ansiedad.
Sin embargo, recuerde que el cáncer y la situación de cada paciente son únicos. Por lo tanto, cuando se trata de apoyo, no hay una talla única para todos. Los pacientes deben hablar con los miembros de su equipo para ver qué hay disponible en su centro oncológico y aprovechar los programas que sean útiles.
Un diagnóstico de cáncer también afecta a los seres queridos del paciente, por lo que puede ser necesario el apoyo para hacer frente a la dinámica familiar. Los pacientes pueden sentirse demasiado enfermos para preparar la cena o pueden necesitar que les lleven a la clínica. Es posible que necesiten ausentarse del trabajo, frustrando temporalmente sus aspiraciones profesionales y, posiblemente, suponiendo una mayor carga económica para el cónyuge o la pareja.
Independientemente de que los pacientes tengan un cáncer en fase inicial o avanzada, es probable que el diagnóstico haga aflorar sentimientos de mortalidad, que también provocan ansiedad. Abordar las cuestiones prácticas del final de la vida, como la redacción de documentos legales, puede ayudar a disminuir la ansiedad.
Culpa
Al recibir un diagnóstico de cáncer, algunos pacientes tienen un sentimiento de culpa por haber hecho algo para provocar su cáncer, o por el hecho de que su familia también tenga que pasar por ello.
Aunque algunos cánceres están relacionados con determinados comportamientos, no sirve de nada mirar atrás. No es raro que los pacientes intenten comprender por qué se desarrolló su cáncer, pero centrarse en la causa puede provocar un estrés innecesario. Un estudio de mujeres que habían recibido recientemente un diagnóstico de cáncer de mama mostró que las que se culpaban a sí mismas por su cáncer tenían niveles más altos de angustia que las que no lo hacían. Los resultados también sugirieron que la autoculpabilización afectaba negativamente a su capacidad de adaptación psicológica.
La culpa es un obstáculo para vivir la vida plenamente, por lo que los expertos recomiendan a los pacientes que trabajen esos sentimientos hablando con un trabajador social o consejero, llevando un diario o participando en un grupo de apoyo.
Depresión
Los estudios indican que casi una cuarta parte de los pacientes con cáncer tendrán síntomas de depresión durante el tratamiento, lo cual es comprensible. Los sentimientos de tristeza por su cáncer y los cambios que conlleva son normales y, de hecho, pueden ayudar a los pacientes a afrontarlos. Sin embargo, los sentimientos persistentes de impotencia o desesperanza y la sensación de inutilidad no son típicos, por lo que los pacientes que experimenten estos sentimientos deben informar a su médico.
Para distinguir entre la tristeza normal por sus circunstancias y la depresión, los pacientes deben anotar su estado mental y determinar si, en dos semanas, se sienten mejor emocionalmente. Recuerde que algunos síntomas asociados a la depresión, como la pérdida de peso y la fatiga, pueden ser consecuencia del cáncer y sus tratamientos. Además, algunas terapias, incluidos los tratamientos hormonales y el interferón, se asocian a alteraciones del estado de ánimo.
Las personas con depresión leve o moderada suelen responder a la terapia conversacional. Para estos pacientes, los grupos de apoyo, los sistemas de amigos, los programas de educación sobre el cáncer y la psicoterapia pueden ser útiles para recuperar la sensación de competencia y control.
Para quienes padecen una depresión de moderada a grave, la medicación y la psicoterapia son una combinación ideal. En la actualidad se dispone de una gama de antidepresivos que varía significativamente en términos de efectos secundarios, tolerabilidad y seguridad, y su uso debe ser supervisado. La depresión es un trastorno cerebral tratable. Es una enfermedad, por lo que los pacientes no deben tener miedo de obtener la ayuda que necesitan para manejarla.
Manejar la angustia
Así como no hay una única manera de tratar el cáncer, no hay una única receta para manejar la angustia. Algunos pacientes se benefician de hablar con un psicólogo o trabajador social, otros de tomar antidepresivos o ansiolíticos, hacer ejercicio, meditar o incluso tener una mascota. Para obtener más información sobre la detección y el manejo de la angustia, así como para encontrar apoyo cerca, visite cancersupportcommunity.org.
Lo negativo del pensamiento positivo
Cuando los pacientes empiezan a contar su diagnóstico, pueden sentirse presionados para mantener una actitud positiva, lo que puede ser especialmente difícil cuando están asustados, ansiosos o no se sienten bien.
Los expertos coinciden en que adoptar un enfoque «positivo a toda costa» puede añadir una carga innecesaria. No existen pruebas convincentes de que la perspectiva emocional afecte a la supervivencia.
Las reacciones de las personas ante el cáncer son muy diferentes. Los pacientes deben recordar que es su experiencia y que no hay necesidad de sentir que tienen que complacer a los demás por la forma en que lo afrontan.