La erosión en lámina es la erosión uniforme del sustrato a lo largo de una amplia zona. Se produce en una amplia gama de entornos, como llanuras costeras, laderas, llanuras de inundación y playas. El agua que se desplaza de manera bastante uniforme con un espesor similar sobre una superficie se denomina flujo en lámina, y es la causa de la erosión en lámina. La erosión en lámina implica que el flujo de agua que causa la erosión no está canalizado. Si la superficie de una ladera contiene muchas irregularidades, la erosión en lámina puede dar paso a la erosión a lo largo de pequeños canales llamados rills, que luego pueden converger formando cárcavas. Sin embargo, la erosión en lámina puede producirse a pesar de algunas irregularidades limitadas en el flujo en lámina derivadas de terrones de tierra, fragmentos de roca o vegetación.
La erosión en lámina se produce en dos pasos. En primer lugar, las precipitaciones desprenden pequeñas partículas del sustrato y, a continuación, las partículas son arrastradas, normalmente a corta distancia, por una capa fina y uniforme de agua conocida como flujo laminar. El transporte por el flujo laminar se realiza normalmente a pequeñas distancias, lo que significa que la erosión laminar es un proceso de baja magnitud. Sin embargo, la frecuencia en el tiempo con la que se produce puede ser alta, lo que compensa el pequeño cambio observado en cada episodio individual de erosión en lámina. Una inundación en lámina puede distinguirse de una corriente en lámina ordinaria por su magnitud mucho mayor y su frecuencia mucho menor. Las inundaciones en lámina han sido asociadas por varios científicos con una serie de causas, entre las que se incluyen: lluvias de alta intensidad, bajo relieve, falta de vegetación, baja permeabilidad del sustrato, fuerte contraste meteorológico entre estaciones, forma de la pendiente y cambio climático. Las inundaciones en lámina suelen ser turbulentas, mientras que el flujo en lámina puede ser laminar o turbulento.
La erosión en lámina es común en los campos recién arados y en los terrenos desnudos donde el sustrato, normalmente el suelo, no está consolidado. La pérdida resultante de material por la erosión en lámina puede dar lugar a la destrucción de valiosos suelos superficiales. Las hierbas resistentes, como el vetiver, dificultan el desarrollo del flujo laminar. La erosión en lámina causada por una sola tormenta puede suponer la pérdida de hasta cien toneladas de pequeñas partículas en un acre.
Se ha argumentado que a finales de la Era Neoproterozoica, la erosión en lámina era un proceso de erosión dominante debido a la falta de plantas en la tierra. Como tal, la erosión en lámina puede haber contribuido a dar forma a importantes formas terrestres como la penillanura subcámbrica que cubre gran parte del Escudo Báltico.