Este estudio es un contrapunto a un controvertido estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine el pasado otoño que desestimaba la conexión entre comer carne y los efectos negativos para la salud. «El estudio contradecía la mayor parte de los trabajos anteriores sobre este tema, y contradice también este estudio», afirma Allen.
Los investigadores del estudio de los Annals basaron sus conclusiones en lo que describieron como la debilidad de los métodos utilizados para llevar a cabo la investigación sobre nutrición en comparación con los estudios sobre medicamentos, por ejemplo, en los que un grupo de personas recibe el fármaco y el otro un placebo. La mayoría de los estudios sobre dietas, incluido este nuevo, son observacionales y analizan los hábitos de las personas y algunos resultados de salud a lo largo del tiempo. «Como ocurre con todas las investigaciones dietéticas basadas en estudios observacionales, y no en ensayos controlados aleatorios de referencia, la detección de las relaciones causa-efecto no es exacta», afirma la doctora Lydia A. Bazzano, profesora de nutrición en la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans.
Según Bazzano, las conclusiones de este estudio y otras investigaciones sugieren que comer demasiada carne no es bueno. «Dada la consistencia de la mayoría de los estudios sobre las carnes rojas y procesadas, es probable que haya un efecto pequeño pero acumulativamente importante en los resultados de salud como las enfermedades del corazón y la muerte por todas las causas», dice. Además, se han realizado ensayos controlados aleatorios, como los estudios PREDIMED, OmniHEART y DASH, en los que se ha comprobado que un consumo elevado de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, grasas monoinsaturadas como el aceite de oliva y pescado está relacionado con una mejor salud, afirma.