El miedo al atragantamiento o a la pseudodisfagia puede aparecer muy repentinamente. Para los niños o adultos con una predisposición a la ansiedad o a los «pensamientos atascados», puede aparecer después de un solo incidente de atragantamiento o casi atragantamiento. En algunos casos, especialmente en los niños, puede aparecer después de presenciar u oír que otra persona se ha atragantado. Los hábitos alimenticios pueden decaer rápidamente y la persona puede consumir sólo alimentos líquidos o en puré o, peor aún, evitar consumir nada en absoluto. Pueden masticar los alimentos durante largos periodos de tiempo o sólo llevarse a la boca cantidades muy pequeñas de comida. La pérdida de peso puede ser rápida. Para muchas personas con miedo a atragantarse existe una sensibilidad extrema al reflejo nauseoso. Puede haber una sensación de «nudo en la garganta» o una sensación de opresión en la garganta que hace que parezca difícil o imposible tragar sin atragantarse. Cuanto más se concentra la persona en esta sensación y cuanto más «catastrofiza» y «adivina» (por ejemplo, «¡Me voy a ahogar!») la situación, más tensa tiene la garganta. El tratamiento consiste en comprender este proceso, aprender a «mandar atrás» la incertidumbre y los pensamientos temerosos y desensibilizar gradualmente la sensación de tragar trozos de comida cada vez más grandes. El tratamiento funciona y puede hacerlo muy rápidamente. Aquí hay un artículo sobre el tema.