Muchos de nuestros clientes sufren de la necesidad de involucrarse en conductas ritualistas así como pueden perseverar en un tema u objeto. En el mundo de ABA, esto se suele denominar Conducta Ritualista o Conductas Obsesivas. Independientemente de su nombre, provoca una gran interrupción en la vida del cliente y de toda su familia. Algunos ejemplos de estos comportamientos son las rutinas físicas (necesidad de apagar las luces 10 veces al salir de una habitación), necesidad de arreglar algo que no es su versión de lo correcto (el brócoli debe estar en el lado derecho del plato y nunca en el izquierdo), seguir un horario estricto (las duchas sólo tienen lugar de 7 a 7:30 de la tarde), perseverar en un tema específico (hablar sólo de dinosaurios) y necesitar que los demás respondan a preguntas específicas (preguntar a alguien cuántos años tiene cuando se le conoce). Este tipo de comportamientos puede llevar a que el cliente se vea incapacitado para realizar actividades cotidianas. También pueden ser perjudiciales para la familia en su conjunto. Es importante investigar estos comportamientos ya que la flexibilidad es una parte importante de la vida cotidiana.
Primero debemos preguntarnos: ¿Es este ritual u obsesión realmente algo sobre lo que tenemos que intervenir? Está el comportamiento afectando al cliente y a la familia de una manera que incapacita al individuo para llevar una vida funcional? Si nos sentamos y pensamos realmente en ello, todos tenemos rituales. Me gusta tener posavasos debajo de mis bebidas; me gusta tomar mi café de una manera específica; quiero que mi cama esté hecha como me gusta, etc. El primer paso es determinar si es necesario intervenir y si el comportamiento es socialmente significativo.
Una vez que somos capaces de determinar que necesita ser tratada, necesitamos definirla. Una definición poco precisa sería la realización o no de una determinada conducta de forma persistente o repetitiva de la misma manera cada vez. Puede ser útil crear una lista de los diferentes ejemplos en los que participa el cliente, ya que los diferentes comportamientos pueden no ser similares. Aquí es donde entra en juego el trabajo en equipo. Es importante que los BT estén muy involucrados en esto. Después de todo, los BT ven a los clientes la mayor cantidad de horas y probablemente ven la mayor cantidad de rituales durante las sesiones. La comunicación con el director o el BCBA sobre los ejemplos ayudará al director o al BCBA a crear una definición que incluya a todos, incluidos los padres. Los BT, los padres, los profesores, los hermanos, los directores y los BCBA pueden trabajar juntos para llegar a una definición que todos puedan seguir. Evaluar esto puede ser difícil, pero la mejor manera de determinar si un comportamiento es un ritual o una obsesión es observar lo que sucede si se bloquea el comportamiento. Si un cliente tiene rabietas o tiene dificultades para alejarse de un tema, lo mejor es marcarlo como una instancia. Marcarlo y hacérselo saber al director o al BCBA puede ayudar a crear una definición más exhaustiva para que finalmente podamos sumergirnos en el tratamiento.
El tratamiento es el siguiente paso pero se guardará para un futuro artículo. En definitiva, los rituales y los comportamientos obsesivos en los clientes con los que trabajamos pueden ser perjudiciales tanto para la vida del cliente como para la vida y el bienestar de sus familias. Es importante determinar si los rituales o comportamientos obsesivos pueden estar ocurriendo e informar al gerente o al BCBA del caso. El gestor o el BCBA determinarán entonces su importancia y si es necesario intervenir en ellos. El siguiente paso sería el trabajo en equipo. Construir una definición que todos puedan seguir es imperativo para crear un plan de tratamiento eficaz que, en última instancia, ayude a construir una vida mejor para nuestros clientes y sus familias.