Por Gary Heiting, O.D.
La hipertensión ocular significa que la presión en sus ojos – su presión intraocular (PIO) – es más alta de lo normal. Si no se trata, la presión ocular alta puede causar glaucoma y pérdida permanente de la visión en algunos individuos.
Sin embargo, algunas personas pueden tener hipertensión ocular sin desarrollar ningún daño en los ojos o en la visión, según se determina en un examen ocular completo y en pruebas de campo visual.
Los investigadores han estimado que hasta el 9.El 4 por ciento de las personas de 40 años o más padecen hipertensión ocular, y esta afección es entre 10 y 15 veces más probable que el glaucoma primario de ángulo abierto, el tipo más común de glaucoma.
¿Cómo se sabe que se tiene hipertensión ocular?
No se puede saber por sí mismo que se tiene hipertensión ocular, porque no hay signos externos como dolor ocular u ojos rojos. Sólo puede detectarla un optometrista o un oftalmólogo.
Durante un examen ocular completo, su optometrista medirá su PIO y la comparará con los niveles normales. Una lectura de la presión ocular de 21 mmHg (milímetros de mercurio) o superior suele significar hipertensión ocular.
Si se imagina su ojo como un globo terráqueo inflado por la presión, podrá entender mejor por qué debe vigilarse la hipertensión ocular. Una presión demasiado alta o que sigue aumentando ejerce una fuerza en el interior de su ojo que puede dañar el delicado nervio óptico del ojo, provocando un glaucoma.
¿Qué causa la hipertensión ocular?
Los factores que causan o se asocian a la hipertensión ocular son prácticamente los mismos que las causas del glaucoma. Entre ellos se encuentran:
Producción excesiva de humor acuoso
El humor acuoso es un líquido transparente que se produce en el interior del ojo por una estructura situada detrás del iris coloreado llamada cuerpo ciliar. El acuoso fluye a través de la pupila y llena la cámara anterior del ojo (el espacio entre el iris y la córnea).
El acuoso drena del ojo a través de una estructura llamada malla trabecular, en la periferia de la cámara anterior, donde se unen la córnea y el iris. Si el cuerpo ciliar produce demasiado acuoso, la presión en el ojo aumenta, causando hipertensión ocular.
Drenaje inadecuado del acuoso
Si el acuoso drena demasiado lentamente del ojo, esto alterará el equilibrio normal de la producción y el drenaje del acuoso, lo que causará una presión ocular elevada.
Medicamentos
Ciertos medicamentos pueden tener el efecto secundario de causar hipertensión ocular en algunos individuos. Por ejemplo, se ha demostrado que los medicamentos que contienen esteroides utilizados para tratar el asma y otras afecciones aumentan el riesgo de hipertensión ocular. Si le han recetado medicación con esteroides por cualquier motivo, pregunte a su optometrista con qué frecuencia debe controlar su PIO.
Traumatismos oculares
Una lesión en el ojo puede afectar al equilibrio de la producción y el drenaje del humor acuoso del ojo, lo que puede provocar hipertensión ocular. A veces esto puede ocurrir meses o años después de la lesión. Durante sus revisiones oculares rutinarias, asegúrese de mencionar a su optometrista si ha sufrido algún traumatismo ocular recientemente o en el pasado.
Otras afecciones oculares
La hipertensión ocular se ha asociado a una serie de otras afecciones oculares, como el síndrome de pseudoexfoliación, el síndrome de dispersión pigmentaria y el arco corneal. Si padece alguna de estas afecciones, su optometrista puede recomendarle que se someta a pruebas oculares más frecuentes que incluyan mediciones de la presión ocular.
Además, la raza, la edad y los antecedentes familiares influyen en el riesgo de padecer hipertensión ocular y glaucoma. Aunque cualquier persona puede desarrollar una presión ocular elevada, los afroamericanos, las personas mayores de 40 años y las personas con antecedentes familiares de hipertensión ocular o glaucoma corren un mayor riesgo.
Las personas con mediciones del grosor de la córnea central más finas de lo normal también pueden correr un mayor riesgo de sufrir hipertensión ocular y glaucoma, según algunas investigaciones.
Tratamiento de la hipertensión ocular
Si su optometrista determina que tiene hipertensión ocular, podría recetarle gotas para reducir la presión ocular.
Como estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, algunos optometristas optan por controlar su PIO y actuar sólo si muestra otros signos de desarrollo de glaucoma.
En algunos casos (o si las gotas para los ojos no son eficaces para reducir su PIO), su optometrista podría remitirle a un oftalmólogo para que le aplique otras medidas de tratamiento del glaucoma, incluida la cirugía de glaucoma, para tratar la presión ocular elevada.
Como mínimo, debido al mayor riesgo de glaucoma con la hipertensión ocular, debe medirse la PIO a intervalos frecuentes para controlar la enfermedad.
Página actualizada en septiembre de 2020