Warby Parker se fundó con un espíritu rebelde y un objetivo elevado: ofrecer gafas de diseño a un precio revolucionario, al tiempo que lideraba el camino de las empresas con conciencia social.
Toda idea comienza con un problema. El nuestro era sencillo: las gafas son demasiado caras. Éramos estudiantes cuando uno de nosotros perdió sus gafas en un viaje de mochilero. El coste de reemplazarlas era tan alto que pasó el primer semestre de la universidad sin ellas, entrecerrando los ojos y quejándose. (No lo recomendamos.) Los demás tuvimos experiencias similares y nos sorprendió lo difícil que era encontrar una buena montura que no nos dejara la cartera vacía. ¿Dónde estaban las opciones?
Resulta que había una explicación sencilla. La industria de las gafas está dominada por una sola empresa que ha sido capaz de mantener los precios artificialmente elevados y obtener enormes beneficios de los consumidores que no tienen otras opciones.
Comenzamos Warby Parker para crear una alternativa.
Al eludir los canales tradicionales, diseñar las gafas en la propia empresa y relacionarnos directamente con los clientes, podemos ofrecer gafas graduadas de mayor calidad y mejor aspecto a una fracción del precio habitual.
Creemos que comprar gafas debería ser fácil y divertido. También creemos que todo el mundo tiene derecho a ver.
Casi mil millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a las gafas, lo que significa que el 15% de la población mundial no puede aprender o trabajar con eficacia. Para ayudar a solucionar este problema, Warby Parker se asocia con organizaciones sin ánimo de lucro como VisionSpring para garantizar que, por cada par de gafas vendido, se distribuya un par a alguien que lo necesite.
No hay nada complicado en ello. Unas buenas gafas, un buen resultado.