Las células nuevas se crean a partir de las existentes mediante un proceso denominado ciclo celular. Una célula puede hacer una copia de sí misma y formar dos nuevas células hijas.
Hay dos tareas principales que tienen que ocurrir en cada ciclo celular. Primero, las células tienen que hacer una copia exacta de su ADN. El ADN es como el manual de instrucciones de una célula. Codifica los genes de las características y dicta cosas como el color de los ojos y el tipo de sangre.
El ADN se organiza en cromosomas. La mayoría de las bacterias tienen un cromosoma circular, mientras que las células animales -incluidas las humanas- tienen múltiples cromosomas lineales. Estos cromosomas se replican durante la fase de síntesis, o fase S, del ciclo celular.
La segunda tarea importante de cada ciclo celular es que los cromosomas replicados se organicen y se separen en lados opuestos de la célula. Esto ocurre durante la mitosis, o fase M del ciclo celular.
Durante la mitosis, las células construyen una máquina molecular, que se conoce como el huso mitótico. El huso mitótico está compuesto por filamentos, llamados microtúbulos, que crecen y se encogen. Los microtúbulos se conectan a los cromosomas y los organizan de tal manera que todos se alinean en el centro de la célula.
Después de que los cromosomas se alinean en el centro de la célula, se separan hacia lados opuestos, todavía conectados a los microtúbulos.
La célula se alarga entonces, separando aún más esas masas de cromosomas. A continuación, el centro de la célula se pellizca en un proceso conocido como citocinesis, dividiendo la célula en dos. Se ha creado una nueva célula y eso completa el ciclo celular.