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¿Qué es la insuficiencia cardíaca?
La insuficiencia cardíaca es la incapacidad del corazón para suministrar un flujo sanguíneo adecuado y, por lo tanto, un aporte de oxígeno a los tejidos y órganos periféricos. La infraperfusión de los órganos provoca una reducción de la capacidad de ejercicio, fatiga y dificultad para respirar. También puede conducir a la disfunción de órganos (por ejemplo, insuficiencia renal) en algunos pacientes.
¿Cuál es la incidencia de la insuficiencia cardíaca y su pronóstico?
Se estima que hay más de 15 millones de casos nuevos de insuficiencia cardíaca cada año en todo el mundo. En EE.UU. se diagnostican más de 600.000 nuevos casos de insuficiencia cardíaca al año y hay diez veces más estadounidenses con insuficiencia cardíaca. Las cifras aumentan rápidamente debido al envejecimiento de la población. La insuficiencia cardíaca es la principal causa de hospitalización de los pacientes mayores de 65 años.
A pesar de los muchos nuevos avances en el tratamiento farmacológico y los dispositivos de asistencia cardíaca, el pronóstico de la insuficiencia cardíaca crónica sigue siendo muy malo. Las cifras de mortalidad a un año son del 50-60% para los pacientes diagnosticados de insuficiencia grave, del 15-30% en la insuficiencia leve o moderada, y alrededor del 10% en la insuficiencia leve o asintomática.
¿Cuáles son las causas de la insuficiencia cardíaca?
Causas de la insuficiencia cardíaca
- Infarto de miocardio
- Enfermedad arterial coronaria
- Intensidad crónica hipertensión
- Enfermedad valvular
- Miomiopatía idiopática
- Miomiopatía viral o bacteriana
- Miocarditis
- Pericarditis
- Arritmias
- Cardiopatías congénitas
- Diabetes
- Enfermedad tiroidea
- Embarazo
- Choque séptico
La insuficiencia cardíaca es un síndrome clínico causado por una enfermedad u otras condiciones anormales del organismo. La insuficiencia cardíaca puede estar causada por factores originados en el interior del corazón (es decir, enfermedad o patología intrínseca) o por factores externos que exigen demasiado al corazón. La enfermedad intrínseca incluye afecciones como la miocardiopatía dilatada y la miocardiopatía hipertrófica. Entre los factores externos que pueden conducir a la insuficiencia cardíaca se encuentran la hipertensión prolongada e incontrolada, el aumento del volumen sistémico (causado por el aumento del volumen sanguíneo o las derivaciones arteriovenosas) y los trastornos hormonales (por ejemplo, el hipertiroidismo y el embarazo).
La insuficiencia cardíaca aguda se desarrolla rápidamente y puede poner en peligro la vida del paciente de forma inmediata porque el corazón no tiene tiempo para realizar adaptaciones compensatorias. La insuficiencia aguda (horas/días) puede ser consecuencia de una cirugía de by-pass cardiopulmonar, una infección aguda (sepsis), un infarto de miocardio agudo, una disfunción valvular, arritmias graves, etc. La insuficiencia cardíaca aguda puede manejarse a menudo con éxito mediante intervenciones farmacológicas o quirúrgicas.
La insuficiencia cardíaca crónica es una afección de larga duración (meses/años) que se asocia a respuestas adaptativas del corazón (por ejemplo, dilatación, hipertrofia) a una causa precipitante. Estas respuestas adaptativas, sin embargo, pueden ser perjudiciales a largo plazo y conducir a un empeoramiento del estado.
La causa principal de la insuficiencia cardíaca es la enfermedad arterial coronaria (EAC). La EAC reduce el flujo sanguíneo coronario y el aporte de oxígeno al miocardio. Esto provoca una hipoxia miocárdica y un deterioro de la función. Otra causa común de insuficiencia cardíaca es el infarto de miocardio, que es la culminación final y a menudo fatal de la EAC. El tejido infartado no contribuye a la generación de actividad mecánica, por lo que el rendimiento cardíaco global disminuye. Además, las regiones no infartadas deben compensar la pérdida de función y esta carga adicional puede precipitar cambios que conduzcan al fracaso. Las valvulopatías y los defectos congénitos suponen una mayor exigencia para el corazón que puede precipitar el fallo. Las miocardiopatías, de origen conocido (por ejemplo, bacterianas o víricas) o idiopáticas (de origen desconocido), pueden provocar un fallo. La miocarditis puede tener un efecto similar. Las arritmias, como la bradicardia o la taquicardia graves, también pueden precipitar la insuficiencia.
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Revisado el 30/06/2015