¿Siente a veces que lo que le dice a su hijo no cala? A menudo le malinterpreta, tiene problemas para seguir instrucciones o responde a sus preguntas con un «¿Qué?»
Estos son signos de un trastorno del procesamiento auditivo central (CAPD), un problema de aprendizaje que afecta a la capacidad del cerebro para filtrar e interpretar los sonidos. Los niños con CAPD tienen dificultades para recibir, organizar y utilizar la información auditiva. Son capaces de oír, pero se quedan cortos a la hora de escuchar.
Descubriendo el problema
El CAPD suele aparecer en los primeros cursos, cuando se exige a los niños que se conviertan en oyentes activos. Sin embargo, incluso antes de la edad escolar, puede haber señales de advertencia. Un niño pequeño con CAPD se muestra inquieto a la hora del cuento y se siente abrumado en entornos ruidosos. Los problemas de discriminación de sonidos pueden hacer que pronuncie mal las palabras. Más adelante, puede tener problemas con la lectura, que implica la manipulación de los sonidos.
Si sospecha que hay un problema de procesamiento auditivo, primero pida a su pediatra que descarte una pérdida de audición. Para identificar el CAPD es necesario que un audiólogo realice pruebas, que suelen llevarse a cabo después de los siete años, cuando los niños pueden entender las instrucciones. La evaluación debe distinguir el CAPD del TDAH y de otros trastornos que comparten algunos de sus síntomas. En algunos niños, estos trastornos coexisten, por lo que es necesario aprender más sobre los problemas de aprendizaje.
Estrategias escolares
Estas adaptaciones académicas pueden incluirse en el Programa Educativo Individualizado (IEP) de su hijo. Un profesor puede:
- Mejorar la acústica del aula. La CAPD dificulta la eliminación del ruido de fondo. Añadir estanterías, alfombras y cortinas a un aula absorbe el sonido adicional.
- Proporcionar indicaciones de atención. Siente al niño lejos de ventanas, puertas y otras fuentes de distracción. Toque periódicamente su hombro para recordarle que debe concentrarse.
- Agilice la comunicación. Establezca contacto visual e inserte pausas para dar tiempo a ordenar la información. Haga preguntas para ver si el niño está siguiendo la lección y reformule el material que no se ha entendido.
- Utilice ayudas visuales. Anote las instrucciones o las palabras clave en la pizarra y proporcione esquemas sencillos por escrito o con imágenes.
- Incorpore descansos. Los niños con CAPD tienen que esforzarse más que otros niños para prestar atención y pueden necesitar descansos más frecuentes para consolidar la información.
- Utilice un micrófono y auriculares. La voz del profesor se amplifica a través de un micrófono conectado a los auriculares del alumno. Esto ayuda a centrar la atención en el profesor.
Lo que pueden hacer los padres
Muchas de las técnicas descritas anteriormente son útiles tanto en casa como en la escuela. Pruebe también estas estrategias.
- Fomente la atención auditiva con juegos y cintas. Los juegos como Simple Simon enseñan una estrategia de escucha y ofrecen la oportunidad de practicar. Una cinta de cuentos, como Peter Pan, puede tener el mismo beneficio. Cada vez que el Capitán Garfio vea al cocodrilo, haga que su hijo levante la mano.
- Mire hacia adelante. Repase los conceptos básicos y ayude a su hijo a aprender cualquier palabra nueva en las próximas lecciones.
- Desarrolle rutinas. Proporcione una estructura que ayude a su hijo a concentrarse en entornos caóticos. Antes de ir a su casillero escolar, por ejemplo, pídale que revise su libro de tareas y haga una lista de lo que debe llevar a casa.
Sobre todo, enseñe a su hijo a crear las condiciones que necesita para una escucha óptima. Para cuando se dirija a la escuela secundaria, debería estar bien armado con estrategias de afrontamiento.
Adaptado de un artículo de Susan Schwartz y Anita Gurian, Ph.D., del Centro de Estudios Infantiles de la NYU en la ciudad de Nueva York. El artículo completo puede verse en aboutourkids.org.
Actualizado el 29 de abril de 2020