La vindicación de los derechos de la mujer Resumen
Wollstonecraft no pierde mucho tiempo en ir al grano en La vindicación de los derechos de la mujer . Dice desde el principio que el mayor don de la humanidad es su capacidad de razonar. Y como los hombres y las mujeres nacen con la misma capacidad de razonar, las mujeres deberían disfrutar de la misma educación, poder e influencia en la sociedad que los hombres. La única razón por la que las mujeres no parecen tan inteligentes como los hombres, dice, es porque no se les da la misma educación. Lo único que está dispuesta a admitir es que los hombres pueden tener una ventaja en fuerza física. Pero en una civilización moderna, esta ventaja no debería significar nada. Para un caballero que viviera en la época de Wollstonecraft, había muy pocas ocasiones (si es que había alguna) en la vida en las que se le pediría que utilizara toda su fuerza.
Una vez que entra en su argumento, Wollstonecraft va en contra de algunos escritores que han afirmado que la educación de las mujeres debe centrarse únicamente en hacer que las jóvenes sean agradables a los hombres. En otras palabras, la opinión popular en la época de Wollstonecraft afirma que las mujeres no deberían ocuparse de leer o estudiar demasiado. Deben centrarse en vestirse bien y estar tranquilas.
Wollstonecraft hace trizas estos argumentos, diciendo que acaban causando muchos problemas sociales. Por ejemplo, ¿cómo puede la gente esperar que una mujer críe bien a sus hijos si no tiene educación ni capacidad de razonamiento? Además, ¿cómo pueden las mujeres ser morales y virtuosas si lo único que se les enseña es a parecer morales y virtuosas? Este tipo de educación se centra sólo en las apariencias y hace que las mujeres sean totalmente superficiales.
Como continúa el libro, Wollstonecraft argumenta que la educación debería estar disponible por igual para niños y niñas, independientemente de la riqueza de sus familias. Por eso cree que debería haber un sistema nacional de escuelas públicas gratuito para los niños hasta cierta edad. Probablemente le suene; se parece mucho al sistema escolar público actual.
Wollstonecraft cierra el libro con una última andanada, resumiendo todos los argumentos que ha esgrimido y demostrando de una vez por todas que no hay forma posible de apoyar la opresión de las mujeres sin ser un matón y un tirano. Al final, Wollstonecraft afirma que un futuro con mujeres educadas será mucho más brillante que un futuro sin ellas.