El tratamiento suele comenzar en la infancia y suele continuar hasta los primeros años de la edad adulta.
¿Cómo se tratan el labio y el paladar hendido?
Un labio hendido puede requerir 1 o 2 cirugías, dependiendo de la extensión (completa o incompleta) y la anchura (estrecha o ancha) de la hendidura. La primera cirugía suele realizarse cuando el bebé tiene 3 meses de edad.
Varias técnicas pueden mejorar los resultados de las reparaciones del labio leporino y el paladar hendido cuando se utilizan adecuadamente antes de la cirugía. No son invasivas y cambian drásticamente la forma del labio, la nariz y la boca del bebé:
- Un régimen de cinta labial puede reducir la brecha del labio leporino del niño.
- Se utiliza un elevador nasal para ayudar a formar la forma correcta de la nariz del bebé.
- Se puede utilizar un dispositivo de moldeado nasal-alveolar (NAM) para ayudar a moldear los tejidos del labio en una posición más favorable como preparación para la reparación del labio.
La primera cirugía, para cerrar el labio, suele tener lugar cuando el bebé tiene entre 3 y 6 meses. La segunda cirugía, si es necesaria, suele realizarse cuando el niño tiene 6 meses.
La reparación de un paladar hendido se realiza a los 12 meses y crea un paladar funcional y reduce las posibilidades de que se desarrolle líquido en los oídos medios. Para evitar la acumulación de líquido en el oído medio, los niños con paladar hendido suelen necesitar que se les coloquen tubos especiales en los tímpanos para facilitar el drenaje del líquido, y es necesario comprobar su audición una vez al año. Esto suele hacerse en el momento de la reparación del paladar.
Alrededor del 30-40 por ciento de los niños con paladar hendido necesitan más cirugías para ayudar a mejorar su habla. El habla suele evaluarse entre los 4 y 5 años. A menudo se realiza una exploración nasofaríngea para comprobar el movimiento del paladar y la garganta. Entonces se decide, junto con el logopeda, si es necesario operar para mejorar el habla. Esta cirugía suele realizarse alrededor de los 5 años.
Los niños con una hendidura que afecta a la línea de las encías también pueden necesitar un injerto óseo cuando tienen entre 6 y 10 años de edad para rellenar la línea de las encías superiores de modo que pueda soportar los dientes permanentes y estabilizar el maxilar superior. Una vez que los dientes permanentes crecen, el niño suele necesitar aparatos para enderezar los dientes y un expansor de paladar para ensanchar el paladar.
Se pueden realizar cirugías adicionales para mejorar el aspecto del labio y la nariz, cerrar las aberturas entre la boca y la nariz, ayudar a la respiración y estabilizar y enderezar la mandíbula.
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