William Z. Ripley publicó en 1899 The Races of Europe: A Sociological Study, que surgió de una serie de conferencias que dio en el Lowell Institute de Columbia en 1896. Ripley creía que la raza era fundamental para entender la historia de la humanidad, aunque su trabajo también concedía un gran peso a los factores ambientales y no biológicos, como las tradiciones. Creía, como escribió en la introducción de The Races of Europe, que:
«La raza, propiamente dicha, es responsable sólo de aquellas peculiaridades, mentales o corporales, que se transmiten con constancia a lo largo de las líneas de descendencia física directa de padre a hijo. Por otro lado, muchos rasgos mentales, aptitudes o inclinaciones que reaparecen de forma persistente en poblaciones sucesivas pueden derivar de una fuente completamente diferente. Pueden haber descendido colateralmente, a lo largo de las líneas de sugestión puramente mental en virtud del mero contacto social con las generaciones precedentes.»
Aunque no corrobora esta afirmación, Ripley escribe en la página 119 que el color de los ojos de un niño favorece el color de los ojos del padre y escribe con respecto a la influencia general de la descendencia paterna:
«Una sola ley, a la que ya hemos hecho referencia, parece verificarse. Es esta: que los tipos, que son combinaciones de rasgos separados, son raramente, si es que lo son, estables en una sola línea a través de varias generaciones. Los rasgos físicos se transmiten independientemente unos de otros en nueve de cada diez casos. La necesidad absoluta de estudiar a los hombres en grandes masas, con el fin de contrarrestar esta tendencia se hace por este hecho imperativo.»
El libro de Ripley, escrito para ayudar a financiar la educación de sus hijos, llegó a ser muy respetado en la antropología, siendo famoso por su cuidadosa redacción y por la minuciosa recopilación (y crítica) de los datos de muchos otros antropólogos de Europa y Estados Unidos. Ripley basó sus conclusiones sobre la raza en la correlación de datos antropométricos con datos geográficos, prestando especial atención al uso del índice cefálico, que en aquella época se consideraba una medida bien establecida. A partir de este y otros factores socio-geográficos, Ripley clasificó a los europeos en tres razas distintas:
- Teutónica – los miembros de la raza del norte eran de cráneo largo (o dolicocéfalos), de estatura alta y poseían pelo, ojos y piel pálidos.
- Mediterránea – los miembros de la raza del sur eran de cráneo largo (o dolicocéfalos), de estatura baja/media y poseían pelo, ojos y piel oscuros.
- Alpina – los miembros de la raza central eran de cráneo redondo (o braquicéfalos), de estatura fornida, y poseían un color de pelo, ojos y piel intermedios.
El sistema tripartito de razas de Ripley lo puso en desacuerdo tanto con otros sobre el tema de la diferencia humana, incluyendo a los que insistían en que sólo había una raza europea, como a los que insistían en que había al menos diez razas europeas (como Joseph Deniker, a quien Ripley veía como su principal rival). El conflicto entre Ripley y Deniker fue criticado por Jan Czekanowski, quien afirma que «las grandes discrepancias entre sus afirmaciones disminuyen la autoridad de la antropología», y lo que es más, señala que tanto Deniker como Ripley tenían un rasgo común, ya que ambos omitían la existencia de una raza armenoide, que según Czekanowski era una de las cuatro razas principales de Europa, encontrada especialmente entre los europeos del este y del sur. Ripley fue el primer estadounidense en recibir la medalla Huxley Memorial del Royal Anthropological Institute en 1908 por sus contribuciones a la antropología.
Las razas de Europa, en general, se convirtió en un libro influyente de la Era Progresista en el campo de la taxonomía racial. El sistema tripartito de Ripley fue especialmente defendido por Madison Grant, que cambió el tipo «teutónico» de Ripley por el tipo nórdico propio de Grant (tomando el nombre, pero poco más, de Deniker), que postuló como raza superior. Es bajo esta luz que el trabajo de Ripley sobre la raza suele ser recordado hoy en día, aunque poco de la ideología de Grant está presente en el trabajo original de Ripley. En 1933, el antropólogo de Harvard Carleton S. Coon fue invitado a escribir una nueva edición del libro de Ripley de 1899, que Coon dedicó a Ripley. La versión completamente reescrita del libro por Coon se publicó en 1939.