Leímos con interés el artículo de Dalziel y Shaw sobre el liquen escleroso.
Sin embargo, aunque se menciona la necesidad de realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico de liquen
escleroso, creemos que es necesario destacar el papel de la biopsia para excluir el diagnóstico alternativo de malignidad.
Aunque el cáncer de vulva sigue siendo relativamente infrecuente, su incidencia está aumentando, especialmente en las mujeres más jóvenes. En el Reino Unido, en 2006 se diagnosticó cáncer de vulva a más de 1.000
mujeres, de las cuales el 15% eran menores de
50 años. En 1975, las mujeres menores de 50 años representaban sólo el 6%
de los nuevos diagnósticos de cáncer de vulva(1).
El carcinoma de células escamosas de la vulva se observa con mayor frecuencia como secundario a dermatosis crónicas como el liquen escleroso; sin embargo, puede estar asociado a la infección por el virus del papiloma humano (2). Se cree que el aumento de la prevalencia del VPH en la población del Reino Unido puede explicar el aumento de la incidencia del carcinoma de células escamosas de la vulva, especialmente en las mujeres jóvenes (3). La neoplasia intraepitelial vulvar (NIV), que suele presentarse como puritis localizada o «bultos» en la vulva, precede a cualquier etiología (4).
Sin embargo, debido a sus características heterogéneas, la NIV no puede distinguirse clínicamente de forma fiable del carcinoma de células escamosas o de las dermatosis vulvares benignas.
De forma similar, el carcinoma escamoso anal está precedido por una neoplasia intraepitelial anal (NIA) para la que no existe una presentación clínica específica. Las zonas de NIA pueden ser escamosas, elevadas, eritematosas, pigmentadas
o blancas o no mostrar ningún cambio visible (5). Las áreas de NIA que son blancas pueden
ser indistinguibles del liquen escleroso a simple vista.
Dado que el carcinoma de células escamosas, la NIA y la NIV carecen de características patognomónicas, las placas perineales blancas, incluso en presencia de «características clínicas» de liquen escleroso, como picor o dolor, no pueden asumirse como benignas. Debe realizarse una biopsia a todas las pacientes no sólo para
confirmar el liquen escleroso, sino, lo que es más importante, para excluir la malignidad.
1.Info.cancerresearch.org/cancerstats/types/vulva/incidence/index.htm
2.Trimble C.L et al Heterogeneous etiology of squamous cell carcinoma
of the vulva. Obstetrics and Gynecology 1996. 87(1) p59-64
3.Jones R.W, Baranyai J, Stables S, Trends in squamous cell carcinoma
of the vulva: The influence of vulvar intraepithelial neoplasia Obstetrics
and Gynecology. 1997. 90(3): p. 448-452
4.MacLean A.B, Jones R.W, Scurry J, Neill S, Vulvar cancer and the
need for awareness of precursor lesions. Journal of Lower Genital Tract
Disease. 2009 13(2): p.115-117
5.Abbasakoor F, Boulos P, Anal intraepithelial neoplasia. British
Journal of Surgery 2005 92(3) p277-290
Intereses concurrentes:
Ninguno declarado