Especies principales
La especie más antigua descrita y figurada parece ser la flor del cardenal norteamericano (Lobelia cardinalis), bajo el nombre de Trachelium americanum sive cardinalis planta, «la rica flor del cardenal carmesí». El botánico inglés John Parkinson (1629) dijo que «crece cerca del río de Canadá, donde se encuentra la plantación francesa en América». Es nativa del este de los Estados Unidos.
La flor del cardenal y varias otras especies se cultivan como plantas ornamentales de jardín. Entre este grupo destaca la lobelia azul enana (L. erinus) de Sudáfrica, que, con sus numerosas variedades, forma una planta de parterre familiar, muy utilizada para los bordes. La inusual L. tupa, una planta perenne chilena de 1,8 a 2,4 metros de altura, tiene flores rojizas o escarlatas. La lobelia delgada (L. tenuior), con flores azules, es australiana y se cultiva en invernadero. La lobelia del sur (L. georgiana), procedente de Norteamérica, así como la lobelia azul (L. siphilitica) y sus híbridos, también tienen flores azules. Varios híbridos de lobelia constituyen un buen grupo de plantas de jardín bastante resistentes y vistosas.
Aunque la mayoría de las especies se encuentran en zonas tropicales o templadas cálidas, la lobelia acuática (L. dortmanna) aparece en toda la zona templada del norte. Del mismo modo, la lobelia acrílica (L. urens) se encuentra localmente en los pastos húmedos de Inglaterra y Europa occidental.
El tabaco indio (L. inflata) de América del Norte se ha utilizado en medicina -la hierba entera, seca y en flor, se emplea como expectorante- pero ahora se considera venenoso. La especie deriva su nombre específico de sus características cápsulas infladas. Es algo irritante para las fosas nasales y tiene un sabor ardiente y acre. El principal componente es un alcaloide líquido volátil llamado lobelina. La lobelina es picante, con un olor parecido al del tabaco, y es muy peligrosa si se ingiere. No son raros los casos mortales de envenenamiento, incluso si sólo se ingieren unas pocas hojas o cápsulas y sus semillas. Las manifestaciones más leves incluyen vómitos, náuseas, coma o convulsiones.