La atención plena es una práctica antigua de estar presente. Puede definirse como una «cualidad de la conciencia que se caracteriza por atender continuamente a las experiencias, pensamientos y emociones de cada momento con un enfoque abierto y sin prejuicios». La atención plena se ha utilizado en una variedad de entornos terapéuticos, ya que puede mejorar la forma en que procesamos las emociones y ayudarnos a reducir el estrés. En los últimos años, el concepto de atención plena se ha aplicado a la forma en que pensamos en nutrir nuestro cuerpo con los alimentos.
La alimentación consciente consiste en escuchar nuestras sensaciones físicas, como las señales de hambre, saciedad y satisfacción, y en tomarnos el tiempo necesario para darnos cuenta de nuestros pensamientos y emociones mientras comemos, de modo que podamos tener una experiencia alimentaria más agradable y saludable.
La alimentación consciente implica:
- Observar el olor, el sabor y la textura de los alimentos
- Reducir la velocidad de la comida para poder concentrarse en ella
- Responder a las elecciones de alimentos sin sentirnos culpables
- Ser conscientes de las señales físicas de hambre, saciedad y satisfacción para decidir qué, cuándo y cuánto comer
Comer atentamente tiene muchos beneficios. Repasemos algunos de ellos.
- La alimentación consciente puede crear una mentalidad más saludable en torno a la comida.
A veces, nuestros pensamientos relacionados con la comida no son muy útiles. Los pensamientos negativos sobre el aumento de peso o la ingesta de alimentos poco saludables pueden crear una actitud temerosa o ansiosa cuando se trata de la comida. Cuando comemos con atención, practicamos la respuesta a nuestras elecciones alimentarias sin sentirnos culpables. En lugar de pensamientos condenatorios, practicamos un lenguaje no crítico relacionado con la comida. Este tono no crítico puede aumentar la autocompasión, lo que puede mejorar nuestro bienestar psicológico.
- La alimentación consciente puede ayudarnos a tener una experiencia más pacífica con la comida.
Las investigaciones demuestran que no comer o restringir ciertos alimentos puede hacer que los comamos en exceso más adelante. Cuando comemos de forma consciente, nos tomamos el tiempo necesario para darnos cuenta del tipo y la cantidad de comida que necesitamos para sentirnos llenos y satisfechos. Al comprobar con frecuencia el hambre, no pasamos demasiado tiempo sin comer lo suficiente. De este modo, comer con atención puede ayudar a reducir la sobrealimentación o los atracones, ya que somos más conscientes de las señales físicas de hambre y satisfacción y de los alimentos que nos ayudarán a conseguir una saciedad óptima.
- Comer con atención puede reducir la alimentación sin sentido o la ingesta de alimentos cuando no tenemos realmente hambre.
Hay distracciones a nuestro alrededor, y a veces pueden impedir que disfrutemos de la experiencia de comer porque no estamos presentes cuando comemos. Eliminar las distracciones -o al menos reconocerlas- puede ayudar a reducir la alimentación sin sentido. No es que tengamos que estar siempre hiperconscientes de todo lo que comemos, pero prestar atención a nuestro entorno alimentario puede evitar que comamos cuando no tenemos hambre o cuando ya nos hemos saciado.
¿Cuál es el mayor beneficio de la alimentación consciente?
La alimentación consciente nos permite tomar conciencia durante nuestras experiencias alimentarias y establecer una relación más positiva con la comida.