¿Qué es la neumonía vírica?
La neumonía es una infección de los pulmones. En la neumonía vírica, la infección está causada por virus. Puede afectar a personas de cualquier edad. Los fumadores, los ancianos y las personas con enfermedades pulmonares crónicas son los más propensos a padecerla. Las personas con sistemas inmunitarios (que combaten las infecciones) débiles debido a la quimioterapia o al tratamiento farmacológico después de un trasplante de órganos corren un riesgo especial de contraer neumonía por citomegalovirus.
Las neumonías bacterianas pueden seguir a las neumonías víricas, especialmente las causadas por el virus de la gripe, porque los virus pueden debilitar las defensas pulmonares.
¿Qué causa la neumonía vírica?
Las infecciones víricas se inician tras la inhalación de gotitas contaminadas de alguien con una infección. El virus también puede transferirse directamente a la nariz, la boca o los ojos a través de las manos que han tocado algo contaminado con virus. Las causas habituales son el virus de la gripe, el virus sincitial respiratorio, el adenovirus, el virus de la parainfluenza y el virus de la varicela.
¿Cuáles son los síntomas de la neumonía vírica?
Los síntomas habituales son fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar, molestias en el pecho, dolores musculares, cansancio y falta de apetito. Puede haber secreción nasal, ojos irritados, dolor de garganta y síntomas fuera de las vías respiratorias (como erupciones).
¿Cómo se diagnostica la neumonía vírica?
Es difícil saber si un virus, y qué virus, está causando la neumonía. Muchos virus producen síntomas similares y existen pocas pruebas de diagnóstico específicas. El médico suele diagnosticar la neumonía mediante el examen del tórax, las radiografías y, tal vez, los análisis de sangre y de las secreciones respiratorias. Los estudios de sangre y esputo suelen hacerse para asegurarse de que no hay también una infección bacteriana.