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El manuscrito contiene una combinación de textos educativos dirigidos al joven rey de Castilla y León, Juan II (1405-1454). Como el autor anónimo se dirige directamente al rey y habla de la injusticia que se le inflige, estos textos ofrecen un reto a los historiadores para desentrañar la identidad del autor. Las miniaturas iluminadas, vivas y coloridas, presentan al rey en su papel de legislador supremo, gobernador, líder militar y ejemplo de conducta caballeresca. Muestran cómo se define la identidad real y también pueden proporcionar un retrato del monarca para las siguientes generaciones. Un detallado mappa mundi informa al gobernante sobre los vecinos de España y su lugar en el mundo. El fascinante e intrigante disco circular, que muestra el mundo tal y como se conocía en aquella época, presenta los tres continentes del mundo habitable con el «este» en la parte superior. El mapa circular mitad tierra y mitad agua, que invita a la navegación, es anterior a las exploraciones de Colón en más de medio siglo.
La compilación de textos puede resumirse como un «Espejo de Príncipes» o Fürstenspiegel, un conciso manual de textos educativos. El manuscrito se abre con definiciones de las virtudes reales y recoge las hazañas caballerescas de los príncipes de la Antigüedad, como Alejandro Magno. Se habla de los miembros más útiles de una sociedad (los agricultores son los primeros), del valor del dinero, del uso de la astrología y del abuso de los hechiceros. A las moralejas sobre las virtudes y los deberes de un príncipe les sigue un estudio de las esferas celestes y del mundo conocido. Ofrece descripciones de los países y sus habitantes, y de España y sus reinos con Toledo como capital. En lo que sigue, el texto está mutilado a propósito y se han borrado varias líneas y se han añadido otras. El libro concluye con un tratado sobre los movimientos del sol y la luna, los eclipses, la duración de los ciclos, los meses, los días y los minutos, los años bisiestos y la variación del tiempo. Se puede fechar por las tablas de cálculo que se refieren a los primeros 19 años del reinado de Juan II, a partir de 1405. Esto implica que el manuscrito fue realizado en 1425 o poco después. Como el heredero de Juan, Enrique IV, nació ese año, el manuscrito bien pudo haber sido destinado a su educación también – y más tarde, incluso pudo haber sido visto por su media hermana, la futura reina Isabel. Su pequeño formato indica que el códice fue hecho para uso privado.
El escritor anónimo se muestra como una persona culta, tal vez un miembro del clero. Cita muchas fuentes eruditas, no sólo libros de Aristóteles, sino también otros autores clásicos y medievales, incluidos textos árabes, el Libro Raziel (un grimorio de la Cábala) y varias obras jurídicas. En varias ocasiones, el autor se dirige directamente a su rey y, mediante el uso de sus imágenes y símbolos del poder real, expresa también su lealtad y fidelidad al monarca. Su identidad sigue siendo desconocida, pero debió de pertenecer al círculo cercano de la corte real. En el texto, aboga con humildad por sí mismo e indica que ha sido acusado injustamente, mantenido en cautiverio, algunos de sus bienes confiscados y que estaba viviendo en Francia. El autor implora humildemente al rey que examine dichas injusticias y que arregle las cosas según el poder que le confiere su cargo. La investigación técnica podría recuperar algunos de los pasajes borrados y revelar lo que debería haber permanecido oculto. Las investigaciones posteriores también podrían ofrecer un mejor perfil del autor: un hombre íntimamente ligado a la política de su tiempo y a la cultura humanista de la corte de Juan II. Muchos secretos de este intrigante códice están aún por desvelar.
El manuscrito que nos ocupa parece encajar en el género de textos que promueven activamente el gobierno ideal de un rey, como instrumento educativo para el joven rey con miniaturas para definir la identidad real. Se destaca la eminencia de la monarquía de Castilla en una época muy anterior a la realización de la Reconquista y a la unión de los tronos de Castilla y Aragón. El texto describe explícitamente cómo Spain est apta naturaliter ut gubernetur per unum principem. Efectivamente, una generación más tarde, esta unificación se estableció bajo los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla (hija y heredera de Juan II) y Fernando II de Aragón (1492), quienes finalmente lograron la paz interna y la estabilidad en España. Esto marcó un punto de inflexión en la historia del mundo, al que puede haber contribuido este extraordinario manuscrito.