¿Nuestra filosofía? Aprender de nuestras pruebas y tribulaciones: mejor que nosotros cometamos los pecados de la piel que tú, ¿verdad?
Antes, cuando tenía una pequeña cosa llamada tiempo y una gran cosa llamada falta de conocimiento, tomar duchas supercalientes de una hora de duración era lo mejor de mi día. Nada (salvo una cucharada de helado en un día de verano) era más satisfactorio que meterse en una ducha caliente y humeante después de atravesar la nieve, el aguanieve y el aguanieve.
Nada, repito.
Pero aunque la idea sea increíble, la combinación de una ducha larga y caliente es terrible: el agua caliente despoja a la piel de sus aceites protectores, dejándola seca, tirante e irritada después de la ducha. Si a esto le sumamos una pastilla de jabón, el problema es doble.
Aquí tienes el porqué: la capa más externa de nuestra piel, la epidermis, está formada por queratinocitos. Los queratinocitos son células de la piel repletas de queratina (que también se encuentra en el pelo y las uñas) que actúan como la principal defensa de la piel contra las externalidades produciendo una fina capa de aceite para ayudar a retener un nivel natural de humedad. Esta capa protectora de células -el estrato córneo- se desprende con cada ducha caliente que tomas. El vapor de la ducha hace que esos aceites naturales se ablanden y, esencialmente, se derritan. Esto deja la piel expuesta sin defensas contra el calor, de ahí que a menudo notes que tu cuerpo se vuelve de un rojo intenso y se siente seco, con picores o irritado después de la ducha.
El aire del invierno también exacerbará la sequedad.
¿La solución sencilla? Hazle un favor a tu piel y lucha contra la tentación de meterte en una ducha caliente. Evita los jabones en barra y los limpiadores a base de jabón y opta por una fórmula más suave y cremosa. Nunca te saltes la hidratación de pies a cabeza después de la ducha. Una piel bonita vale más que una ducha tibia, así que olvida lo que he dicho antes sobre que no hay nada mejor que una ducha caliente en un día frío.
No hay nada mejor que verse -y sentirse- guapa en su piel.
(Aunque una pinta de helado podría ser un posible competidor.)
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Cuéntanos: ¿cuál es tu vicio en un día frío de invierno?
Autor: Kimberly Yang
Sostengo que estas verdades son evidentes, que el cuidado de la piel es primordial, que el té verde lo es todo y que Internet lo gobierna todo (típica filosofía de la Generación Y; si no fue ‘gramado, nunca ocurrió).También es pertinente: escritora, creadora de contenidos, directora nacional de ventas en Mario Badescu. Para saber más sobre mí, visita mi página de Google+.