Piel manchada o eritema tóxico: signos y síntomas
Antes de tener un bebé, es posible que sólo hayas pensado en la piel de un recién nacido como si fuera tan suave y clara como la de una supermodelo. Pero al observar la piel de tu pequeño, puedes comprobar que la realidad suele ser muy distinta. La verdad es que, entre el nacimiento y el año de edad, la piel de un bebé puede presentar muchos tipos de manchas o sarpullidos. Y aunque esto puede resultar molesto para los padres o cuidadores, no suele ser nada preocupante.
Un ejemplo común de este tipo de erupción es el eritema tóxico, que a veces se denomina eritema tóxico neonatal o ETN, o simplemente erupción del recién nacido.
A pesar de ser bastante común, muchos padres nunca han oído hablar de esta afección, y esto puede provocar una ansiedad considerable. Pero un poco de educación puede ayudar a reducir la preocupación de ver a su bebé afectado por este tipo de sarpullido. A continuación se explica cómo detectar los signos y síntomas típicos:
El eritema tóxico aparece como una erupción roja con pequeñas protuberancias (de menos de 0,5 cm de diámetro) denominadas pápulas, que progresan rápidamente hasta convertirse en pústulas (protuberancias llenas de pus) con la base roja. Si alguna vez le ha picado una pulga o ha visto una en otra persona, sabrá más o menos cómo es la erupción del eritema tóxico.
Puede que sólo haya unas pocas de estas protuberancias en la piel o puede encontrar muchas repartidas por una zona más amplia. Suelen ser firmes al tacto, y puede notar que algunas de ellas segregan un líquido claro de aspecto similar al pus.
Aunque es habitual que los padres y cuidadores se sientan molestos por el aspecto de la erupción, tenga la seguridad de que estas pústulas son completamente benignas, lo que significa que no se asocian a ningún tipo de cáncer y normalmente no progresan. También le tranquilizará saber que la afección no causa a su hijo ningún dolor ni molestia.
Lo más habitual es que la erupción se encuentre en el tronco y en las extremidades proximales, sin afectar a las palmas de las manos ni a las plantas de los pies. Puede ser algo móvil, en el sentido de que puede aparecer inicialmente en una parte del cuerpo y posteriormente en otra. También puede desaparecer de una parte concreta del cuerpo y reaparecer en ese mismo lugar más adelante.
El eritema tóxico varía en cuanto a la rapidez con la que aparece en los recién nacidos. Por lo general, se hace visible en un plazo de 2 a 5 días. Es muy raro dentro de las primeras 24 horas después del nacimiento, y generalmente se resuelve en 5-7 días. Lo más importante es que no supone ningún peligro para el bebé: es una afección de corta duración y autolimitada que se resolverá por sí sola sin tratamiento.