Editorial-El artículo de English et al confirma la opinión de que la fotografía seriada no altera el diagnóstico final de una lesión cutánea1; una lesión sospechosa que permanezca requerirá una biopsia para confirmar el diagnóstico patológico.
Con la fotografía seriada es difícil obtener una imagen estándar. La iluminación ambiental y otros factores externos modifican la visión de la lesión cutánea, por lo que no es posible realizar comparaciones objetivas. Además, las fotografías pueden no diferenciar lesiones cutáneas como las queratosis seborreicas pigmentadas y los melanomas.
El dermatoscopio es obligatorio en la evaluación de una lesión cutánea y de gran valor para ayudar a diferenciar una lesión benigna o sospechosa. Aunque las lesiones pueden evaluarse visualmente, lo que se necesita es una evaluación objetiva que pueda registrarse o fotografiarse a través del dermatoscopio.2 Si English et al hubieran realizado su estudio utilizando el dermatoscopio, los resultados habrían sido de gran interés. Lamentablemente, este estudio contradice el de Del Mar et al y no ayuda a los trabajadores de atención primaria a diferenciar las lesiones benignas de las sospechosas.33
Figura 1
Ackerman dijo que «nadie debería morir de melanoma», ya que éste surge sobre todo en la piel externa.4 Por lo tanto, los principios que deben aplicarse al examinar a un paciente con una lesión cutánea son que la piel es un órgano y, por lo tanto, debe examinarse todo el órgano; un dermatoscopio es una herramienta segura, no invasiva y barata que tiene un valor incalculable para diferenciar las lesiones sospechosas. Estos dos principios serán beneficiosos en la evaluación de las lesiones cutáneas y permitirán una evaluación exhaustiva del paciente.