Discusión
Las lesiones renales se producen en aproximadamente el 10% de todos los traumatismos abdominales.1 Alrededor del 90% de estas lesiones son consecuencia de un traumatismo cerrado, pero sólo el 2% requieren una intervención quirúrgica.2 En los casos de traumatismo cerrado, el riñón es el órgano urológico que se lesiona con más frecuencia. La mayor parte de la bibliografía sobre los traumatismos renales se refiere a los adultos, y se ha escrito poco específicamente sobre los traumatismos renales en los niños.3-5
Levy y asociados3 revisaron 1175 pacientes pediátricos en su registro de traumatismos del Hospital Infantil de Filadelfia que fueron tratados entre 1987 y 1991. Informaron de que sólo el 5,2% de los pacientes tenían hematuria macroscópica o microscópica. Casi el 14% de los pacientes con traumatismos abdominales contundentes tenían lesiones renales importantes. Todos los pacientes fueron tratados de forma no quirúrgica, con la excepción de 1 paciente que requirió una nefrectomía parcial por hemorragia continua. Estos investigadores concluyeron que los traumatismos renales deben tratarse de forma no quirúrgica, reservando la cirugía para aquellos con hemorragia continua.
Smith y colaboradores4 revisaron 20 pacientes con laceraciones renales de grado 3 a 5. Todos los pacientes fueron tratados inicialmente de forma no quirúrgica. Todos los pacientes fueron tratados inicialmente de forma no quirúrgica. Sólo 2 pacientes requirieron una exploración quirúrgica. Todos los pacientes tratados de forma no quirúrgica evolucionaron bien, y no se observaron complicaciones a largo plazo, incluida ninguna evidencia de hipertensión retardada.
Carvajal Busslinger y Kaiser5 informaron sobre 74 pacientes pediátricos con traumatismo renal y descubrieron que 55 fueron tratados de forma conservadora. Los autores compararon este grupo con los pacientes sometidos a cirugía y observaron que los pacientes con traumatismos tratados de forma conservadora tuvieron estancias hospitalarias más cortas con menos complicaciones.
Recientemente, Altman y sus colegas6 estudiaron a 13 pacientes adultos con laceraciones renales de grado 5. Al comparar los pacientes cuyo traumatismo se trató de forma quirúrgica o conservadora, estos investigadores descubrieron que los que se sometieron a cirugía tuvieron estancias más largas en la UCI y necesitaron más transfusiones. Propusieron que las laceraciones renales de grado 5 se trataran de forma no quirúrgica en pacientes hemodinámicamente estables.
Parece que la bibliografía apoya la idea del tratamiento no quirúrgico en pacientes pediátricos con laceraciones renales de grado 4 ó 5 que estén hemodinámicamente estables. No hay informes actuales de complicaciones a largo plazo, como la hipertensión.
Puntos principales
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Sólo el 2% de las lesiones renales resultantes de un traumatismo cerrado requieren cirugía.
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Las laceraciones renales de grado 4 ó 5 pueden tratarse de forma no quirúrgica en los niños que están hemodinámicamente estables.
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No parece haber complicaciones a largo plazo en los niños con traumatismos renales de grado 4 ó 5 que se han tratado de forma conservadora.